El invierno suele mostrarnos la cara más salvaje de la naturaleza, sacudiendo Galicia con temporales cargados de intensas lluvias y fuertes vientos. Aunque la estación en curso resulta atípica por sus altas temperaturas, también lo es por las precipitaciones torrenciales que han provocado inundaciones por toda la comunidad. Según apunta Meteogalicia, no es que llueva más, sino que lo hace de forma más concentrada.

Si pasamos la página de los desperfectos causados por las lluvias y prestamos atención a la naturaleza, encontraremos multitud de paisajes que ganan en belleza y espectacularidad. Farodevigo.es visita tres "tesoros naturales" que estos días han visto incrementado su encanto.

A Poza da Moura, en Moaña

VÍDEO | La fuerza torrencial de A Poza da Moura. // P. Pedrido

Este "jacuzzi natural" con vistas a la ría presume ahora de fuerza torrencial. Si en verano la Poza da Moura es un lugar de lo más apacible para darse un baño, a pesar de sus heladas aguas, en invierno el caudal del río Muíños baja en tromba por el Monte Domaio. La caída del río Muíños desde la popular charca se divisa desde el Corredor de O Morrazo. El estruendo del discurrir del agua se percibe incluso antes que la poza, ahora desbordada.

A fervenza da Feixa, en Redondela

VÍDEO | A Feixa, en todo su esplendor. // Patricia Pedrido

Hace días que esta cascada de Reboreda recibe decenas de visitantes impactados por su fuerza. El río Alvedosa ha crecido tanto que el viernes inundó el casco urbano del municipio. Este salto pasó de la soledad a ser uno de los puntos más concurridos de la localidad desde que en septiembre de 2014 se habilitase una senda peatonal y una pasarela de madera que permite a los visitantes acceder a tan bello paraje. Las escaleras permiten a los curiosos acceder hasta la parte alta de la cascada y disfrutar de una espectacular imagen de la potencia con la que el agua se precipita al vacío para proseguir su curso.

El paseo marítimo de Baiona

VÍDEO | La furia del oleaje en Baiona. // Adrián Irago

Es uno de los puntos más concurridos del sur de Pontevedra para contemplar el océano. Como si de un ser vivo se tratase, el mar semeja enfurecer en los días de temporal y descargar su ira contra la rocosa costa del Val Miñor. El paseo marítimo de Baiona es un lugar privilegiado para observar el oleaje, con el telón de fondo de las islas Cíes y Monteferro.