Rebeca Álvarez de Castro se debate entre lo que su familia espera de ella y lo que realmente desea, una encrucijada con la que Nerea Barros asegura estar disfrutando. Y es que a la última premio Goya a la actriz revelación le encantan los personajes con aristas porque son, opina, como en la vida misma. La actriz compostelana, a quien Ficción Producciones ha convertido en hija de Francis Lorenzo y Sonia Castelo en la serie de época "Hospital Real", que emite la TVG los domingos por la noche, viajó ayer desde Santiago hasta la capital de los Países Bajos para participar en el Amsterdam Spanish Film Festival, donde se proyectará "La isla mínima", película que le valió su primer Goya, un premio que asume como una oportunidad para su carrera, pero también como una razón más para superarse a sí misma.
-¿Cómo es Rebeca Álvarez de Castro?
-Es un personaje que pasa por muchos estados. En principio, lo que se ve es a una niña que pertenece a una familia de burgueses venida a menos, una niña muy estirada que intenta cumplir las expectativas de sus padres, manipulada por su madre, que se ha conformado con vivir con un marido al que no quiere ni la quiere, y que pretende que ella haga lo mismo. Pero Rebeca tiene dos opciones: seguir lo que le dice su madre o tomar las riendas de su vida. Es genial porque es un personaje que transita por un montón de emociones y momentos muy complicados. Me lo he pasado pipa haciendo este personaje. Los seres humanos somos muy complejos y pasamos por un montón de momentos emocionales a lo largo del día y no te digo a lo largo de su vida. Un personaje puede ser malo, bueno, dar miedo y tener miedo. Y yo creo que por eso nos dedicamos a esto, para poder transmitir al espectador personajes llenos de aristas y muchos con los que te identificas porque el miedo a la pérdida, a lo desconocido, el amor, todo esto forman parte de todos los seres humanos.
-¿Los índices de audiencia le quitan el sueño?
-Me preocupan mucho porque estamos hablando de la vida de una serie. También creo que una serie como esta la tienen que repetir a partir de septiembre porque son tramas complejas y el verano es una época complicada en cuanto a las audiencias.
-Los rodajes para televisión son duros porque supone trabajar contrarreloj. ¿Esto es lo que le hace ser una buena escuela para el actor?
-Es maravilloso. Hay que trabajar contrarreloj pero es lógico porque el tiempo es dinero, sobre todo en un rodaje. Las series con como minipelis, que son los capítulos, mucho más rápido. Las series lo que hacen es que mi engranaje como actriz se mantenga a punto, me hacen espabilar y estar a la altura. Y rodar en Galicia me emociona. Me encanta trabajar en Galicia, y más a este nivel.
-¿Dónde guarda el Goya?
-En estos momentos, en la mesa de mi escritorio de trabajo.
-Los premios son una alegría, ¿pero también suponen una responsabilidad añadida?
-Un Goya es un privilegio, pero también me da una responsabilidad. Me han dado un empujón muy grande, me ha hecho visible a más gente, y lo que me dice también es que voy por buen camino, que lo estoy haciendo bien y para mí es súper importante porque en nuestra carrera como actores nadie te dice dónde está el camino correcto, si lo estás haciendo bien. Pero también me hace ser mucho más exigente con mi trabajo, y ya lo era bastante antes, y al mismo tiempo creer más en mí y en lo que estoy haciendo. "Hospital Real" es un proyecto donde están los corazones de mucha gente. Estoy encantada con la serie, que me parece de una calidad extraordinaria, con unos maravillosos entornos naturales y un reparto con los mejores actores gallegos.
