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El carisma de Raphael cautiva Vigo

El artista de Linares triunfa en un abarrotado Mar de Vigo, que acabó rendido a sus pies

Es un mito vivo. Ayer en el Mar de Vigo cantó, bailó y triunfó, abarrotó el Auditorio y lo convenció hasta la entrega más absoluta. Normal, Raphael, grande, es El Artista de la canción ligera española y lo demuestra desde el primer hasta el último minuto de su nueva gira, "De amor & desamor", que nos devuelve al mito tras tres años desde su última visita. Llenazo, insisto, a pesar de que los precios de las entradas oscilaban entre los 42 y 62 euros.

El divo volvió a sorprender con versiones ("Gracias a la vida"), gran voz, arreglos y producción de temas históricos de su carrera y en el fondo, de la historia d ella música moderna de nuestro país como "Como yo te amo", "Digan lo que digan" o "Yo soy aquel". Temas que forman ya parte del acervo musical español del último medio siglo. Y es precisamente más de medio siglo, 55 años exactamente, el tiempo que lleva el artista sobre los escenarios. Por eso anoche quiso volver a brindar a su público, a su heterogéneo público, algunos de sus temas imprescindibles. La verdad es que Raphael sigue muy en la brecha, activo. Su último trabajo con temas nuevos, "El reencuentro" (2012), fue éxito de ventas, y su última obra (que da título a esta gira) la hizo regrabando, de nuevo, parte de su inmenso historial discográfico. Una trayectoria sólo al alcance de los más grandes de la música con 326 discos de oro, 49 de platino y el único disco de uranio entregado en el mundo por conseguir vender más de 50 millones de copias.

El concierto comenzó a las ocho y media (pasadas) de la noche y finalizó cerca de las once y media. Casi tres horas de "Escándalo" en las que no paró de cantar y bailar, enlazando un tema con otro, mientras sus seguidores coreaban sus canciones, aplaudían a rabiar, lo piropeaban y se dejaban contagiar por los grandes éxitos de un Raphael que hizo suyo el enorme auditorio gracias a un montaje escénico espectacular. Pero ni escalinatas, ni vídeos ni grandes luces importan. El verdadero secreto en el cantante de "Que sabe nadie" es su talento, su modo de ser único en un escenario y su entrega absoluta a su público. Tres horas cantando, se dice pronto. Tres horas en las que el divo se muestra aún en forma.

Habló de Vigo y cambió la letra de alguna canción para dejar bien claro que estaba muy feliz en la ciudad. Guiños que sus fans agradecieron mientras la estrella se dejaba querer y alargaba un concierto cuyas entradas se vendieron con la velocidad a la que venden las estrellas sin caducidad.

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