La lucha contra la plaga de avispas invasoras asiáticas (vespa velutina) que han anidado en varios parajes del Val Miñor, el Baixo Miño, A Mariña lucense y otras zonas de Galicia se intensifica y la Xunta ya ha atrapado a casi 3.000 ejemplares.

Conscientes del peligro que suponen para las colmenas de abejas gallegas -a las que atacan y matan para alimentar a sus larvas- y en el futuro para los productores de frutales e incluso para la industria maderera, la Consellería de Medio Rural refuerza su protocolo de vigilancia y control, ya activado "con éxito" desde febrero en colaboración con Medio Ambiente y la Dirección Xeral de Emerxencias.

Los datos presentados ayer así lo evidencian: 139 nidos de la especie asiática retirados -121 desde que comenzó la alerta- y de ellos, 12 en el sur de Pontevedra. Entre ellos y con gran notoriedad por requerir de una grúa de treinta metros para la retirada, se retiraros dos nidos Gondomar y Tui, donde desató la alarma la semana pasada ante su presencia y vistosos nidos.

Además, a las 14 trampas permanentes que se instalaron para analizar la expansión de la avispa velutina desde que arrancó el protocolo de vigilancia y control (una de ellas en Pontevedra y otra en Ponteareas), se han sumado otras 11 de refuerzo, según confirmaron ayer fuentes de la Consellería. En las trampas se introduce un líquido atrayente. Según consta en el protocolo de control, "la colocación de estas trampas se haría todo el año y preferentemente en aquellos concellos con mayor densidad de explotaciones apícolas".

Trampas caseras

Esas trampas se incrementan con multitud de sistemas domésticos elaborados por agricultores y apicultores en la cercanía de las colmenas. En el propio protocolo se recomienda un sistema de trampa, que se construye de forma casera a partir de una botella de plástico de agua o refrescos de 1,5 o 2 litros. Haciendo con la parte superior de la botella un embudo, que luego se introduce en la parte inferior del plástico y que se usa a modo de "jaula".

De todos modos, para los profesionales de la apicultura estas medidas se hacen insuficientes para frenar los ataques de la especie, que se contempla en el catálogo de especies invasoras.

La directora xeral de Producción Agropecuaria, Patricia Ulloa, se reunió ayer con representantes de la Asociación gallega de apicultores y cifró en 270 los avisos atendidos desde la alerta. La diferencia entre el número de nidos retirados, ha explicado, se debe a que "a veces" esta especie es "difícil de distinguir" de la autóctona, pese a ser "más grande" y ser de colores "vivos" amarillo y negro.

Ulloa ha mandado un mensaje de tranquilidad a la población, pues esta avispa "no provoca ningún perjuicio para la salud humana" al margen del que puede generar, igualmente, una avispa común para un alérgico".

Las alertas se reciben a través del teléfono 012, apuntó, y es entonces cuando la consellería envía sus efectivos, "para ver si es velutina o no".