"Virus Tropical" ha sido saludado en la prensa internacional como un posible sucesor del "Persépolis" de Marjane Satrapi. Bueno, a falta del paso del tiempo que lo demuestre, cuanto menos se puede decir que el debut largo de Power Paola tiene puntos en común con el best seller viñetero de la artista iraní. Pero aquí, afortunadamente, hay personalidad. Y una frescura propia.

Paola Gaviria, criada en Colombia y de vida bohemia e itinerante, ha decidido tras un prometedor tránsito por Internet (que no abandonó como medio, afortunadamente) reunir lo publicado en línea para crear una nueva novela gráfica de manual: tono adulto, el tópico de la vida y la autobiografía, un estilo de dibujo conceptual de aparente tosquedad… y ha dado en la diana, la verdad.

Firmando como Power Paola (precioso "nick", añado), el acercamiento a su propia vida y entorno posee la limpieza y la mirada pura de un recién llegado, y su sinceridad desarma desde el primer capítulo. "Virus tropical" (editado aquí por Mondadori) hace referencia a que el embarazo de su madre fue, primeramente, atribuido a una hinchazón debida precisamente a eso, a un virus. A partir de esta anécdota, la vida: nacimiento y crecimiento, y la familia, las amigas y los chicos, los novios, la identidad (se advierte contestataria, creativa, independiente) y los viajes (ya lo avisamos, bohemia).

Lo interesante de "Virus Tropical" no es lo que se cuenta ya que en cierto grado es común, ni siquiera, incluso, la forma (espontánea y nada artificiosa) sino el tono. Hay en esos rostros a los que se acerca el lápiz de Paola, con sus ojazos de grandes pestañas, una impresión muy pura, de franqueza íntima.

Persiste en la lectura la sensación en nosotros de que, antes que una verdad objetiva, asistimos a la realidad que la autora siente sobre sus cosas, su vida y sus cercanos. Y por eso un tebeo que relata poca cosa, lo de todos (que como singular, es lo de nadie más que ella y por tanto "mucha cosa"), se siente con la misma cercanía que los relatos de infancia de la citada "Persépolis".

Sin llegar a las cotas de refinamiento de Satrapi, y recordando más en sus formas al underground (Julie Doucet es un referente, apuntemos para quien pueda conocer a la autora canadiense), Power Paola ofrece una ventana luminosa, de regusto a arte latinoamericano (me parece fabuloso el alumbramiento de una vegetación profusa, casi lujuriosa, en no pocas páginas del libro, y me recuerda en cierto grado al exuberante muralismo del nuevo continente) y poso alternativo (esa fuerza sucia y ese trazo vital, impetuoso).

El cómic como un tragaluz desde el que comprender su vida y cómo ella ha entendido ese viaje. La figura paterna (y su ausencia), la religión, el sexo, la escuela, la amistad, las necesidades económicas… todas esas cosas pasan por estas viñetas francas como pocos cómics de temporada. Porque "Virus Tropical" no es pasajero ni estacional, se queda.