Tres años empleó el gallego Miguel Anxo Prado en pensar, dibujar, colorear y narrar Ardalén, un cómic de más de 250 páginas editado por la gallega El Patito Editorial y con el que ha conseguido el premio a la Mejor obra de autor español del año pasado. El galardón se lo concedió el jurado del Salón del Cómic de Barcelona, que ayer cerraba tras recibir 106.000 visitantes, una cifra similar a a la de la pasada edición. En el último día del evento, Prado comparecía ante la prensa para hablar del premio. El autor coruñés reconocía que "llevo un porrón de años haciendo cómics, y te empiezas a preguntar si tiene sentido embarcarte en algo que te quita tanto tiempo e implica a tantas personas".

La pregunta retórica de Prado no puede tener otra respuesta que el "sí". El autor gallego, uno de los ilustradores españoles con más prestigio y reconocimiento fuera del Estado -Ardalén se publicará en once idiomas- ha situado las viñetas como su forma de vida.

En esta ocasión, el escritor (él mismo decide la historia y el guion, empleó tres años para ir cosiendo la historia y el pasado de Sabela, una mujer que acude a la aldea donde nació su padre para buscar datos sobre él, un emigrante que dejó familia en Galicia décadas atrás.

El viento procedente de América, empujado por corrientes de aire y oceáno -que Prado ha bautizado como Ardalén, palabra inventada por él- es el protagonista transparente de esta historia.