La peregrinación de 150 romeros gallegos a Roma, flanqueados por los cuatro obispos y arzobispo, vivió ayer algunos de los mejores momentos del viaje. Sin duda, vivir en el propio Vaticano la audiencia con el Papa Francisco y poder hablar con él será difícil de olvidar.

Uno de estos protagonistas fue el sacerdote gallego Javier Docampo quien destacó "cómo nuestra peregrinación gallega fue una de las primeras en ser citada de manera especial, así como los sacerdotes de España que están realizando el curso de actualización en Roma".

Tras la bendición final, se procedió al besamanos empezando por cardenales y obispos. Los gallegos aprovecharon para plantearle la posibilidad de visitar Galicia. Al respecto, el obispo de Ourense, Leonardo Lemos aseguró haber visto a Bergoglio "muy ilusionado con la posibilidad de visitar Galicia en 2014, con motivo del octavo centenario de la peregrinación que realizó Francisco de Asís a Santiago de Compostela. (...) En el momento que le hicieron la propuesta, demostró una profunda ilusión y un gozo; le noté que estaba feliz".

La comitiva gallega se sorprendió con la memoria del Papa que al ver al actual obispo de Tui-Vigo, Luis Quinteiro, pronunció "¡Orense!". Quinteiro -que había coincidido hace seis años en unos ejercicios espirituales- le corrigió aclarando que ahora ya no era obispo de Ourense sino de Tui-Vigo.

El Papa tuvo gestos cercanos con otras personas como el párroco de Bembrive Jesús Barros, que cumple bodas de oro en el sacerdocio y al que saludó personalmente. Cercanía también mostró con la invidente de Salvaterra (Pontevedra) Elisa López Castro, una seglar peregrina a la que el Papa le pidió que rezara por él. Ella le respondió: "Siempre lo hago".

Para Docampo, Francisco "es una persona que transmite mucha paz, serenidad; demuestra mucha cercanía y parece alegre".

Además de la audiencia papal, el grupo de peregrinos españoles asistió a una misa en la basílica del Vaticano, en la cátedra de Pedro por detrás del altar mayor. La liturgia fue celebrada por el arzobispo de Santiago y concelebrada por los obispos de las otras diócesis gallegas, más sacerdotes de la peregrinación y religiosos gallegos estudiando en Roma.

"La basílica estaba sola para nosotros, había un gran silencio, por lo que fue una celebración muy pausada y tranquila. Esta tarde, sin embargo, estaba abarrotada de gente", explicaba Docampo que junto al resto de la comitiva tuvo que madrugar para disfrutar de la Basílica de San Pedro desierta.

La comitiva gallega no fue la única que ayer tuvo un día señalado. Al final de la audiencia, el Papa Francisco también charló unos minutos con los responsables del club de fútbol Atlético San Lorenzo, de Almagro, en Buenos Aires, Argentina.

En un ambiente de risas y gran cordialidad, le regalaron una camiseta del equipo, un libro con la historia del mismo y una estola, copia de la que usaba el salesiano fundador del club, Lorenzo Bartolomé Martin Massa.