La feria de arte contemporáneo más importante de España, ARCO, abrió ayer sus puertas descubriendo los proyectos de 201 galerías del mundo. A parte del programa general, la organización ofrece tres espacios. Entre ellos, destaca Opening, con el trabajo de 25 galerías jóvenes del extranjero elegidas por la norteamericana Veronica Roberts y el gallego Manuel Segade (A Coruña, 1977).

Es el segundo año que Segade -comisario de exposiciones para el CGAC de Compostela, ciudad donde se formó en Historia del Arte- repite en este menester aportando una visión rejuvenecida.

Segade, en declaraciones ayer al programa "Siglo XXI" de Radio 3, explicaba que "Opening trae aire fresco, cosas peculiares, futuros valores... artistas muy jóvenes que no han expuesto en instituciones pero que creemos, como expertos en esto, que van a funcionar muy bien. Por lo tanto, los coleccionistas se arriesgan porque saben que van a funcionar".

Este investigador y comisario independiente, que reside en París, ofrecía también ayer una radiografía optimista y positiva del mercado del arte en España. "La situación -explicaba en Radio 3, es complicada. Estamos en una crisis grande pero el arte es uno de los pocos valores seguros una vez caído el mercado inmobiliario. Así que los coleccionistas que compraban antes adquieren ahora con más riesgo porque el mercado sigue en alza. Es uno de los lugares, burbuja, donde las cosas continúan bien".

Aunque el mercado parece superar la tormenta, las galerías no han apostado por obras excesivamente caras ni tampoco por proyectos demasiado polémicos como otros años. Según Efe, las piezas más caras son una escultura de Chillida por más de dos millones de euros y un Picasso por 1,7 millones. Obras más baratas, de no más de 5.000 euros, de este ARCO y anteriores pueden comprarse en la plataforma www.paddle8.com/artfairs/arco, disponible este año. Ahí, figuran obras de las tres galerías gallegas presentes (Adhoc, Bacelos y Trinta) y una obra de Agirregoikoa con "Manuel Fraga".

Por último, la anécdota de ayer tuvo lugar cuando un desconocido tiró sin querer una escultura del artista Bernardi Roig, valorada en 55.000 euros y ubicada en el "stand" de la galería Max Estrella. La obra resultó dañada.