Desde niño, José Manuel Solla (Pontevedra, 1956) decía en alto que quería ser médico. Desde dentro, le impulsaba la vocación, la misma que le hizo estudiar Medicina en Santiago de Compostela. Ahora, a sus 56 años de edad, trabaja en el centro de Atención Primaria de Alllariz (Ourense) alternando esas labores con proyectos solidarios de cooperación en Sáhara, Nicaragua y Haití. Precisamente, esta trayectoria ha sido reconocida por el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos de España que ayer anunciaba que le otorgaba el Premio Humanidades y Cooperación.

José Manuel Solla asegura que recibir este galardón (supone "un aliciente. No cabe duda de que ayuda a dar un paso más". Lo dice una persona a la que "siempre" le "ha gustado ayudar".

Cuando se le pregunta sobre la raíz de esa generosidad, responde que "es lo que vives en casa. Mi padre tenía espíritu solidario. Recuerdo acciones suyas de ayuda a otras personas".

Los primeros pasos de Solla siguiendo esta estela fueron en el Sahara en los años 80. Después, en los 90, recuerda cómo "ayudamos a venir aquí a un médico cubano para que se instalase". Años más tarde llegarían sus participaciones en congresos iberoamericanos donde fue tomando nota, junto a otros colegas, de la realidad de otros países hasta que, "por fin, pudimos poner la estructura de un proyecto serio en Ciudad Sandino, Nicaragua" donde ofrecen formación a médicos.

Otra labor interesante es la de cineasta, realizando películas relacionadas con aspectos sociosanitarios en el pasado y el presente.

Para sacar adelante los filmes, ha cofundado una productora, Tamagaz Films, con la que ya ha creado títulos como Ventanas en el cuerpo. Historia de un médico rural.

Ahora prepara una historia sobre los MIRy un sistema sanitario, el español, en declive y crisis, que ha acabado de rodar pero para la que aún no hay título.