Los adultos no son los únicos a los que les cuesta regresar al trabajo tras las vacaciones. Para que la vuelta al cole sea más llevadera, los psicólogos gallegos recomiendan que los niños recuperen las rutinas y los horarios propios del curso escolar al menos cinco días antes de iniciar las clases. "El verano es sinónimo de relax, hay más tiempo libre, más libertad. Antes de volver al colegio es preciso reajustar los horarios: que se vayan antes a la cama, que coman y merienden a la hora habitual en invierno...", indica Olegaria Mosqueda, miembro de la Comisión de Psicología Educativa del Colegio Oficial de Psicólogos de Galicia, quien asegura ni en niños ni en adultos hay que hablar de síndrome postvacional. "No es un síndrome sino un reajuste, como cuando te cambias de vivienda", añade.

Recuperar los horarios es sólo el primer paso. "Es importante que los pequeños se involucren en la preparación del material escolar. Los días previos al inicio del curso deben ver qué cuadernos o cosas pueden reciclar del año anterior o preparar el espacio en el que van a estudiar en la habitación. Es una forma de que se conciencien de que tienen que volver a su trabajo que es estudiar", señala Mosqueda, quien también aboga por reducir el tiempo que los niños pasan en el ordenador antes de volver al colegio.

"Durante el curso hay que enseñar a los niños a diferenciar entre el tiempo de trabajo y de ocio. El ordenador debe estar en una zona común y el móvil fuera de su habitación para evitar que se distraigan cuando hacen los deberes. Por ello es bueno que los días antes a volver al colegio se reduzcan ya los tiempos que se pasan en internet", resalta.

A medida que los niños crecen se adaptan mejor a volver a coger los libros. "Los adolescentes llevan mejor la vuelta a la rutina, no tienen porqué reajustar sus horarios con tanta antelación como los más pequeños", indica Mosqueda, quien asegura que los alumnos no tienen por qué repasar la materia dada el curso pasado unos días antes de empezar. "Lo ideal es que leyesen y repasasen durante todo el verano, no la última semana", sostiene.

La cosa se complica, sin embargo, para quienes acuden al colegio por primera vez. La imagen de pequeños de 3 años que lloran a las puertas del centro escolar en cuanto se marchan sus padres se repite cada mes de septiembre. Los psicólogos recomiendan familiarizar al niño con el colegio antes de que empiecen las clases. "Es positivo que los padres acudan al colegio unos días antes del inicio del curso para que el pequeño lo conozca, explicarle que allí se lo va a pasar bien...", indica Mosqueda, quien reconoce que los niños que han ido a guarderías "lo llevan mejor".

Para facilitar la llegada al cole de los más pequeños, la mayoría de centros tiene una semana de adaptación en la que se aumentan las horas lectivas progresivamente. "Es un buen sistema", indica esta psicóloga gallega, quien recuerda que los lloros por ir al colegio "no suelen durar más de dos días".

Con la vuelta al cole toca también hacer lista de buenos propósitos. Los psicólogos recomiendan hacer un horario para que los niños diferencien bien el tiempo de ocio y el de estudio.

"Las actividades extraescolares no son un castigo ni clases particulares"

Nada más iniciar el curso escolar, los padres ya deben tomar la decisión de elegir las actividades extraescolares a las que irán sus hijos. ¿Hay que apuntar a los niños sólo a aquellas actividades que les gustan o lo que prefieran los padres? Los psicólogos gallegos lo tienen claro: la elección debe ser consensuada. "Las actividades no son un castigo, es decir, no puede ser algo a lo que vayan obligados, tiene ser algo que guste a los niños, pero esto no significa que se les pueda apuntar a todo lo que pidan", indica Olegario Mosqueda, del Colegio de Psicólogos de Galicia, quien matiza: "Hay que asesorar a los pequeños e informarles de las dificultades que tienen algunas actividades o de lo que suponen y sobre todo trasladarles el mensaje de que si empiezan algo tienen que acabarlo".

Los psicólogos recuerdan que las actividades extraescolares no son "clases particulares" sino un tiempo que ayuda a los niños a "formarse fídica y psíquicamente mientras disfrutan". "Es también importante que los padres distribuyan las actividades que les apunten a muchas", indica Mosqueda.