Najwa Nimri no tiene la irreverencia en el escenario de la China Patino de Cycle; tampoco la candidez y la portentosa voz de Basia Bulat, pero sí un saber estar elegante y una emoción reforzada ahora que interpreta en castellano. Sus fans recuerdan el concurrido concierto de la Sala Mondo en Vigo en abril del pasado año. Ahora, vuelve a la ciudad para interpretar su último disco, El ultimo primate con un formato acústico en el que dice sentirse "cómoda" y con el que la acompañan un guitarrista y un bajista sin mezclas electrónicas. Su concierto será en el Auditorio del Concello de Vigo, hoy, a partir de las 20.30 horas con las entradas a diez euros.

–Pasado un año de su último disco pero primero en español, ¿se siente satisfecha de la trayectoria del cedé?

–Estoy satisfecha con el resultado porque lo que me preocupaba era dar el paso al castellano sin que fuera demasiado traumático para el público y creo que eso lo hemos conseguido. La acogida ha sido muy buena.

–¿Piensa seguir por este camino o es pronto para decidir?

–Estoy componiendo, escribiendo en castellano y todavía me queda mucho que aprender en la composición en mi idioma. El nuevo disco será diferente, creo que más accesible.

–En cuanto a las colaboraciones con el gallego Carlos Jean, ¿queda algo pendiente o es cosa del pasado?

–Seguro que volvemos (risas) Empezamos juntos y eso marca. Es como tu primer novio. Se puede decir que fue mi primer novio.

–En la vida, ¿siempre llega tarde como canta en "El último primate"?

–Esa canción tiene que ver con la pareja y no con cómo estoy situada en el planeta con el resto de la sociedad. Tiene que ver con cómo se pueden torcer las cosas con la persona con la que compartes la vida.

–Para llegar a donde una desea en la vida, ¿aconseja gritar o permanecer callada?

–No tengo ni idea de lo que hay que hacer. A veces, se grita y otras, te quedas callada. Hay que hacer ambas cosas y, sobre todo, pensar lo que realmente quieres porque en la mayoría de las ocasiones nos dicen qué debemos querer.

–¿Y después es una persona que se arrepiente de lo hecho o tira para adelante?

–Me muevo por instinto. Me lo paso bastante bien. La vida es algo que disfruto más allá de si me va mejor o peor. Me da un poco igual. Mientras pueda seguir haciéndolo (risas) y la gente a mi alrededor sea medianamente feliz, está bien.

–Usted que tiene ascendencia jordana, ¿qué opinión tiene de lo que acontece en el Magreb y Oriente Próximo con las actuales revueltas?

–Yo lo veo por la tele, como todos.

–¿No tiene familia en Jordania?

–Sí, pero lo único que puedo decir es que a río revuelto, ganancia de pescadores. A alguien le está saliendo bien la jugada. Tampoco me creo mucho lo que veo. Procuro no enfadarme ni calentarme mucho, ni mostrar damasiado en público mis ideas políticas porque no las tengo, carezco de ellas. No creo en la política ni en los políticos, tampoco me creo la cara del dinero. Todo lo que habían planeado ya hemos visto a dónde nos ha llevado. Son cosas de las que hablo en un círculo más cercano, no puedo expresarlo tan fácilmente en una entrevista por teléfono. Incluso con el 11-S y 11-M no me mostré en primera línea ni con una pancarta, a pesar de ser afectada por ambos lados.

–No obstante, cantó en favor de la causa por Haití para recaudar fondos con otros artistas.

–Fue algo muy puntual y una petición concreta de un amigo. No creo en dar ejemplo a los demás... Tengo una duda que me preocupa mucho. No sé si el pobre se siente pobre no porque lo sea sino porque hacemos que sienta pobre. Y el sentimiento de desigualdad causa más desajuste con respecto al entorno que serlo. Perdona que me ponga metafísica pero es importante. Lo de Haití no fue una cuestión política, sino una catástrofe de un día para otro; fue un motivo diferente del actual. Hoy en día se trata de una estrategia para levantar el precio del petróleo. Supongo que todos sabemos de qué va la historia.

–El bache de la producción artística ante la crisis, ¿pasará pronto?

–No puedo relacionar la economía sólo con el arte. Ya no sé qué es el dinero porque ha dejado de tener el valor que tenía para adquirir otro que ya no entiendo. Pasamos por un trago y creo que no volveremos a lo que teníamos. No es una crisis, es un cambio y hay que asimilarlo, aunque no sé cómo.