La escena se produjo en una playa del norte de la ciudad australiana el 12 de septiembre de 2008. Hoy la Policía de Nueva Gales nos cede esta imagen más propia de una película de terror que de un hecho real. ¿Os imagináis encontraros con un cráneo en la playa de Samil? Menuda sorpresa nos depararía esas aguas tan criticadas, para bien y para mal, por todos.

El caso es que el descubrimiento no pasó desapercibido para los antropólogos, que realizaron una serie de pruebas para saber a qué época y a quién podría pertenecer. Los resultados demostraron que el cráneo tiene más de 700 años y no pertenece a ningún indígena.

Las pruebas apuntan que la sorpresa aparecida en la playa de Sydney en septiembre del pasado año debería pertenecer a un coleccionista privado, a un museo o a un centro de investigación. La policía ya ha hecho un llamamiento para que el dueño del cráneo de más de 700 años reclame su "objeto" perdido.