María Ballesteros / A CORUÑA

Alicia Fuentes había perdido hasta el 28 de abril todas las batallas. Ese día, sin embargo, ganó y la que fue su primera victoria puede hacer ahora que la guerra que tiene declarada a la Xunta desde 2001, cuando le prohibió ver a su hijo e inició el proceso para darlo en adopción, se resuelva a su favor. Su victoria de ahora ha sido que el Tribunal Constitucional declare nulo el procedimiento por el que su hijo fue entregado a otra familia y obligue al juzgado de Primera Instancia número 10 de A Coruña a repetir el proceso porque resolvió el futuro del niño sin escuchar a su madre biológica.

"No contaron conmigo para nada y yo siempre estuve en contra de la adopción; ahora me van a tener que escuchar", dice Fuentes, quien no ve al pequeño, que en agosto cumplirá 12 años, desde que tenía 5. Esta coruñesa comenzó a perder a su hijo, sin saberlo, cuando en 1999 recurrió a la Consellería de Familia porque su trabajo no le permitía atender en condiciones a su hijo pequeño, que entonces tenía 3 años. El niño, que tiene una hermana de 18, pasó entonces al Hogar Infantil Emilio Romay, donde Alicia Fuentes iba a verlo a diario y lo recogía para pasar juntos los fines de semana.

"De la noche a la mañana me dijeron las monjas que me habían negado el contacto con el niño". Eso fue en noviembre de 2001 y desde entonces Alicia Fuentes ha batallado sin éxito contra la Administración gallega para poder ver de nuevo a su hijo. "Me han hecho una mala jugada, porque nadie me dijo que podían quitármelo -dice-; seguiré luchando por Sergio hasta que me lo devuelvan porque soy su madre".

Fuentes está preparada para enfrentar ahora un proceso que durará al menos un año, según le ha dicho su abogado, aunque sabe que es "complicado" que pueda recuperar la custodia. "Si volviese a verlo le diría que nunca lo abandoné", imagina Fuentes, quien no niega que su hijo pueda estar bien con su familia adoptiva. "También está bien con su madre y con su hermana, que lo echamos mucho de menos. No necesita otra familia porque su familia soy yo; su hermana y yo", asegura la madre del pequeño, quien ha decidido presentar una reclamación para que la Xunta la indemnice "por todos estos años perdidos". Alicia Fuentes, de 43 años, suspira cuando se cuestiona cómo indemnizar una pérdida como la suya. "Un niño cuesta... un niño es la vida".

Denuncias

Alicia Fuentes asegura que su hijo Sergio nunca estuvo desamparado y que ella siempre se opuso a que fuese acogido por otra familia y lo que dice ahora, cuando tiene el respaldo del Tribunal Constitucional, es lo que viene gritando desde que la Consellería de Familia le prohibió el contacto con el pequeño. "He presentado denuncias continuamente contra la Xunta", dice la demandante, quien también hizo visible su caso en los medios de comunicación y llegó a presentar una querella criminal por prevaricación contra la entonces delegada provincial de la Consellería de Familia, María Rosa Gómez Díaz, por haber dado su hijo en preadopción sin su consentimiento.