Estas son algunas de las propuestas que organizaciones que trabajan con niños afectados por las guerras han expuesto en el foro "Infancia y Violencia", organizado por el Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia, que durante dos días ha analizado los distintos tipos de violencia que afectan a los menores en el mundo y que hoy contó con la presencia como oyente de la Reina.

"El juego quita el miedo", explicó la directora d´Enfants Réfugiés du Monde, Nicole Dagnino, quien opinó que en la guerra, "para resistir la tristeza, el niño necesita tener otra experiencia vital" para escapar de las agresiones del mundo exterior.

Por ello, esta organización trabaja con los niños que encuentran de nuevo el mundo, con estas actividades lúdicas, "y se relacionan con los demás de manera positiva".

Cuando estalla un conflicto los principales afectados son los niños, señaló la fundadora y presidenta del Consejo de Mujeres Afganas, Fatana Ishaq Gailani, quien señaló que los países más afectados en cuanto a muertes infantiles por los conflictos bélicos son Irak y Afganistán.

"Sólo en Afganistan, entre 300.000 y 400.000 niños han muerto, de una población de unos 20 millones", señaló Ishaq, Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional (1998), quien pidió al Gobierno español ayuda "económica y política" ante la "dramática" situación que viven en su país las mujeres y los niños sin acceso a la sanidad ni a la educación, quienes ante la llegada del invierno no tienen medios para soportar el frío.

Además de dar atención de los niños que han sufrido las guerras, es necesario crear puestos de trabajo y programas de formación profesional, según la directora del Centro Internacional de Desarrollo de la Open University del Reino Unido, Alcinda Honwana, porque "si no reciben una oportunidad para mejorar sus vidas, caerán fácilmente en la violencia", en referencia sobre todo a los niños soldados.

Cada año 200.000 niños son asesinados en conflictos armados, 600.000 heridos, 6.000 mueren por minas antipersonas, hay tres millones y medio de niños refugiados y 300.000 niños soldados participan en conflictos armados en marcha.

Este foro también sirvió para reflexionar sobre el papel de los medios de comunicación en estos temas y se presentó un catálogo de sugerencias para los periodistas, que estiman necesario -según una encuesta realizada a 783 profesionales- códigos éticos, porque la violencia ejercida por menores se ha convertido en un asunto preocupante, aunque también reconocen que noticioso.

Casi la mitad de los encuestados considera que la noticia es más relevante cuando el agresor es un menor y la víctima un adulto.