Después de más de cuatro meses desde que se decretara el estado de alarma, el marisqueo regresa hoy por fin a la ría de Pontevedra. El sector ha sufrido un largo parón que comenzó con la cuarentena y que se alargó con el cierre actividad por la toxina toxina que se dio hace un mes y medio, cuando las cofradías quisieron retomar el marisqueo poco a poco para ver cómo reaccionaba el mercado el pasado 2 de junio.

Sin toxina en la ría las cofradías retoman hoy la actividad con ganas e incertidumbre. "Hay que empezar ya, ver cómo está todo y cómo funciona después de tanto tiempo, luego ya se valorará todo", expresa Carmen Vázquez, patrona mayor de la Cofradía de Lourizán, con respecto al producto y los precios en el mercado. "Hay demanda, el mercado estaba deseando que se abriera la ría de Pontevedra y el resultado lo veremos en las lonja", reafirma Vázquez.

Previsión

En su opinión debería haber buen producto después de este largo parón. "La zona de Lourizán se trabajó, se aró y se fue limpiando, pero ha pasado tiempo y puede estar más dura. El producto tuvo descanso y debe haber porque antes ya había talla pequeña y en las pruebas que se tomaban para la toxina se notaba que había mercancía. A veces el primer día cuando hay parones grandes el trabajo puede ser complicado, como si hubiera que despertar la playa", comenta Vázquez.

Además la falta de lluvias y el calor que se viene registrando durante todo el mes favorecen el crecimiento del producto.

El regreso del turismo y el aumento de la actividad en restaurantes reclamaba cada vez más esta vuelta y según los precios del marisqueo a flote y el de otras rías, esta vuelta debería notarse con un buen precio en lonja. "Estamos expectantes", admiten desde las cofradías.

El miedo a volver, como en cualquier actividad, está ahí y como las normas sanitarias lo indican lo harán con mascarillas y manteniendo la distancia de seguridad, especialmente en los controles. También existe el miedo a tener que volver a parar después de estos largos meses, pero prefieren enfocarse en el hoy. "Hay que ir día a día, con sentidiño y retomar así la actividad", clama Vázquez.

Pérdidas escalofriantes

Las lonjas claman la vuelta del marisqueo en la ría después de meses de facturación muy por debajo de lo recaudado en los últimos años. Un claro ejemplo es el de la lonja de Campelo, donde el marisqueo tiene un fuerte peso en la actividad. En Campelo se facturó el pasado año en este mismo plazo de tiempo, del 15 marzo al 20 de julio, 1.745.932,96 euros con casi 190.000 kilos de producto.

La pérdida es astronómica, ya que sin la actividad del marisqueo, este año apenas ha facturado 143.278, 36 euros en el mismo plazo de tiempo, sin llegar a alcanzar los 15.000 euros de producto.

Esto se traduce en 1.6 millones menos de facturación. Y es que solo la facturación de almeja japónica, babosa y fina significaron de marzo a julio de 2019 casi el 95% de la facturación de la lonja, con un peso especial de la japónica.

El parón general en el ha afectado a todas las lonjas en mayor o menor medida. La de Marín facturó 225.192, 25 euros menos del 15 de marzo al 20 de julio de 2019 que en las mismas fechas de este año. En el caso de la lonja de Portonovo las pérdidas alcanzan los 588.754, 10 euros.

En cuanto al Mercado de Pontevedra, muy afectado además por la falta de clientes durante el confinamiento, las pérdidas han sido de 33.947,24 euros, que aunque puede parecer poco en comparación con las cifras de las lonjas, se traduce en un 21% menos de facturación para los puestos.

Escasez de pulpo en una campaña negra

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El "desastroso" inicio de la campaña del pulpo

Mientras el marisqueo vuelve a la ría pontevedresa la campaña del pulpo no levanta cabeza. Ya comenzó el pasado 1 de julio con muy malas sensaciones, pero los pescadores esperaban que a medida que avanzaban los días la campaña mejorara. Y es que aunque el precio se mantiene, apenas hay pulpo en la ría y el poco que hay es de poco tamaño.

Esto ha hecho que la mayoría de los pescadores tengan que decantarse por pescar otras especies. "No está yendo nadie porque no compensa", confiesa Iago Tomé, Patrón de la Cofradía de Raxó.

En su caso, señala que comenzaron yendo diez barcos y todos lo han dejado. Muchos de ellos, cambiaron el pulpo por la nécora, pero tampoco está siendo el mejor año para esta y ahora la mayoría de las barcos optan por otras artes ante la escasez.