Las obras de rehabilitación del puente da Barca, iniciadas a finales de agosto pasado con un plazo de ejecución de cinco meses, todavía se demorarán algunas semanas más, al menos hasta marzo. Así lo admite la Consellería de Infraestruturas, que atribuye este retraso a la climatología, especialmente la lluvia, y a la "labor casi artesanal" que se realiza en la actualidad: la colocación de la cubierta de madera de la nueva marquesina que protegerá a los peatones.

En todo caso, la lluvia y la complejidad de la obra ya fueron razones esgrimidas por la Xunta en diciembre pasado para fijar el final de las obras, un plazo que se cumple hoy sin que los usuarios vean que se hayan agilizado los trabajos de forma especial. De hecho, algunas personas que cruzan el puente a menudo ya han mostrado su malestar por esta "lentitud" y confían en que "no se deba a razones electoralistas" que sitúan para abril buena parte de las actuaciones de la Xunta en la ciudad, como el edificio de juzgados, la rehabilitación de la sede de Benito Corbal o una posible reactivación del dragado del Lérez.

La administración autonómica destina 1,2 millones a la restauración del puente da Barca, que se puso en marcha una vez que se detectó que el viaducto necesitaba reparaciones urgentes, sobre todo, después de quedar bastante maltrecha la vieja marquesina como consecuencia, precisamente, de los temporales del pasado invierno.

Los trabajos comenzaron a finales de agosto con un plazo oficial de ejecución de cinco meses (que se acaban de cumplir) si bien se anunció primero que estarían listos en noviembre, después en diciembre, más tarde en enero y ahora ya se apunta a marzo. Fuentes oficiales de la consellería explicaron ayer que se utilizan en esta labor "maderas muy tratadas" y la cubierta en fase de instalación "consta de una base de madera que después se recubrirá de cinc (en anteriores ocasiones se apuntó que sería de aluminio) por lo que fue necesario reforzar el tratamiento de esa base para lograr más durabilidad". Esta marquesina es estéticamente similar a la anterior y tampoco está previsto modificar las aceras.

Las mismas fuentes precisan que en diciembre ya concluyó el análisis y reparación de toda la estructura del viaducto, que necesitaba pequeños arreglos aunque su estado general era seguro.

Sin embargo, aún no se ha montado la iluminación especial del puente, ni la ornamental ni la funcional para alumbrar las aceras y la calzada de doble sentido, una tareas que se acometerá al finalizar la colocación de la marquesina. En concreto esta estructura debe tener 253,20 metros por un lado y 201,25 m en el otro y se optó por sus total sustitución porque la anterior presentaba "zonas con degradaciones en forma de pudrición producidas por hongos, ataques de carcomas en correas y delaminaciones" y en lo que se refiere a la cubierta, se alertaba de "su ausencia en ciertas zonas, así como el deterioro generalizado.