La cocina es y ha sido tradicionalmente femenina, pero pocas mujeres brillan en el mundo de la gastronomía y la restauración. No hay que buscar muy lejos para ilustrar esta realidad.

La recién nacida asociación Cociña Ourense, creada por cocineros ourensanos para promocionar la provincia a través de la enogastronomía y los productos de cercanía, está integrada por trece chefs entre los que sólo hay una mujer, Begoña Vázquez (Riós, 1986). En las sucesivas presentaciones que ha protagonizado este grupo en el salón Xantar de Expourense, el Forum Gastronómico de A Coruña o este mismo lunes en el Pazo de Vilamarín en un evento que reunió a profesionales de la prensa especializada de toda España, esta joven cocinera es la única referencia femenina.

Los horarios en un sector como la hostelería son el principal enemigo de la conciliación y esto provoca, reflexiona esta cocinera, que muchas mujeres aparquen su proyección profesional para dedicarse más a la familia. "Hay muchas mujeres en las cocinas y muy buenas profesionales, lo que falta son más jefas de cocina", señala.

Begoña Vázquez se formó en el IES Vilamarín y lleva toda su vida entre fogones. Ha pasado por la cocina del restaurante San Miguel, de Ourense; el Portovello, de Allariz; el Panticosa Resort (by Pedro Subijana) y el Beiramar de O Grove. A los 21 años ya era jefa de cocina y hoy, con 33, dirige sus propios negocios en Verín. Hace cinco años abrió la tapería O Souto das Candeas y dos años después el restaurante Regueiro da Cova. Su cocina está especializada en la ternera ecológica y los productos de kilómetro cero. El chorizo de calabaza con castaña y berza es un de sus platos estrella.

Además, Begoña es madre de un bebé de semanas que nació en febrero coincidiendo con el salón gastronómico Xantar que incluyó en su programación técnica la presentación de Cociña Ourense. Ella, única mujer entre los 13 chefs fundadores, no pudo asistir porque estaba de parto. La vida familiar es, reconoce, uno de los grandes frenos en la trayectoria profesional de las mujeres que deciden dedicarse a la restauración. "La mayoría no pasan de cocineras porque ser jefa de cocina conlleva una responsabilidad muy grande y exige formación y muchas horas", expresa. Las dificultades son enormes porque la conciliación en un sector que tiene sus mayores picos de negocio en festivos, fines de semana y temporada alta "es muy difícil".

Por eso la cocina profesional sigue siendo, al contrario de lo que ocurre en el ámbito doméstico, un mundo de hombres. "Es así porque la mujer siempre está mas pendiente de la familia y esto complica seguir con la trayectoria profesional", señala Begoña Vázquez, que inició su vida laboral muy joven y no se plantea dar un paso atrás. Como en todo, dice, "hay que echarle valor y para adelante".

Pero no sin coste. Por el momento esta chef ha decidido modificar los horarios de su restaurante para cerrar cuatro noches a la semana y abrir sólo tres: "Yo quiero disfrutar de mi hijo; él necesita estar conmigo y yo con él", afirma. En este sentido, destaca el apoyo de sus compañeros en Cociña Ourense: "Han cambiado reuniones y adaptado horarios para que yo pudiese asistir siempre, les estoy muy agradecida", señala.

La cocina es su pasión y reivindica el peso de la mujer en el sector. "Hace años no era así, pero ahora al cliente ya no le sorprende que la chef sea una mujer. Es un mundo de hombres, eso es así, pero ya hay muchas mujeres, más o menos conocidas", afirma. Visibilizar para crear referentes es un paso necesario porque, si bien la presencia de alumnas en las aulas de la Escuela de Hostelería ha crecido, Begoña Vázquez ha percibido a través de charlas impartidas en el IES Vilamarín "que muchas se forman con la idea de opositar".