Ourense agrava su crisis demográfica y se sitúa, a cierre de 2017, como la segunda provincia con los peores indicadores demográficos de España. Sólo Zamora presenta un panorama aún más negro.

Tal y como recoge el informe sobre el movimiento natural de la población publicado ayer por el Instituto Nacional de Estadística, INE, el número de nacimientos cayó en Ourense un 4,9% en un solo año, mientras que las defunciones siguen su progresión ascendente con un incremento del 0,4% en el mismo período.

Entre enero y diciembre murieron en la provincia 4.687 personas pero sólo nacieron 1.694 bebés, de lo que se desprende un saldo vegetativo negativo que dispara aún más su caída: 2.993 muertes más que nacimientos en 2017. Esto significa que por cada bebé nacido en la provincia el año pasado murieron 2,7 personas.

Además, Ourense es la octava provincia española con menos nacimientos, por detrás de Soria, Teruel, Zamora, Ávila, Palencia, Segovia y Cuenca. En relación con la comunidad gallega, su aportación a la natalidad es mínima, ya que sólo 9 de cada 100 niños nacidos en Galicia son ourensanos. Además, y lo que da cuenta de la desertización que sufre el territorio rural de la Galicia interior, el 43% de los bebés nacidos en 2017 en Ourense tiene su residencia en la capital: 736 de un total de 1.694, casi la mitad.

En un análisis temporal más amplio la radiografía demográfica de la provincia es todavía más negra ya que la tasa de natalidad ha caído en la última década al pasar de los 6,2 nacidos en 2007 por cada mil habitantes a 5,4 a cierre de 2017, tres menos que la tasa media a nivel nacional (8,3).

Frente a este dato, la tasa de mortalidad pasó de 14,3 fallecimientos por cada mil vecinos hace diez años a 15,1. De hecho, este indicador no ha dejado de crecer desde 1975, año de inicio de la serie histórica, en el que se registraron 10,3 fallecidos por mil vecinos. En el ámbito nacional, la tasa de mortalidad en Ourense supera en seis defunciones la tasa media (9 muertes por cada mil habitantes).

Los datos publicados ayer reflejan una dinámica que parece imparable en Ourense. De hecho, 2017 ya arrancó con una alerta demográfica sin precedentes. El primer bebé del año en toda la provincia no nació hasta pasadas las 23.00 horas del 2 de enero, avanzando ya el que sería un mal año para la natalidad en Ourense, que cerró con 87 nacimientos menos que en 2016.

En cuanto a los indicadores de fecundidad, la edad media de la maternidad se sitúa a cierre de 2017 en 32,4 años. En cuanto al orden del nacimiento, la edad media para tener el primer hijo es de 31,5 años. Asimismo, la esperanza de vida al nacer es ahora de 83,8 años, si bien por género es mucho más longeva la mujer, con una esperanza de vivir 86,4 años frente a los 81,1 de los hombres.

Los datos recogidos por el INE reflejan también la esperanza de vida actual para las personas que tienen 65 años. En el caso de las mujeres es de 23,4 años, y de 19,8 para los hombres. La media se sitúa en 21,7 años.