Se apellida Blázquez, era el jefe de la Judicial en A Coruña y antes estuvo en Sistemas Especiales, un área de la Policía Nacional que pertenece a la división económica y técnica. Es un recién ascendido a comisario en la última promoción y tiene 60 años, o sea, cinco por delante para llevar las riendas. Es el candidato que manejan en medios policiales para tomar el timón de la comisaría de Ourense a la espera de que el concurso se resuelva con el nombramiento por libre designación.

El reto para el nuevo jefe es mayúsculo: dar un giro y dejar atrás el pasado truculento de los capítulos sucesivos de la crisis interna. El mando saliente, Antonio Álvarez Valencia, cumple hoy su último día en el cuerpo, antes de que mañana se formalice su jubilación tras 41 años de servicio. Se va con una caída de la delincuencia de un 10% y con la sensación de "deberes hechos" tras la detención de los dos gemelos. Sigue sin esclarecerse el asesinato de Socorro Pérez, ocurrido en 2015.

El subdelegado del Gobierno, Roberto Castro, expresaba esta semana que la intención es que el nuevo comisario sea duradero y dé estabilidad: "Esperamos que quien venga asuma con un aire nuevo la comisaría y tenga un recorrido razonable. Una persona que pueda dar un carácter a la organización y un impulso, para que impere la sensatez y el sentido común. Sería bueno que la comisaría sea conocida por sus actuaciones positivas y por la reducción de la delincuencia", resaltó Castro. Sea Blázquez u otro el elegido, la labor por delante es ardua.