Las diferencias que existen en el grupo socialista que gobierna en minoría el Concello de Ourense son más que un secreto a voces, para ser una realidad, como así se pudo visualizar en la pasada reunión del área de Urbanismo, y que tuvo como testigos de cargo a los miembros de la oposición. Los protagonistas fueron la edil de Urbanismo, Áurea Soto, y el concejal de Infraestructuras, Antonio Rodríguez Penín, que dejaron patente una falta total de entendimiento, que se acentuó con la dimisión del exalcalde, Francisco Rodríguez.

Y si el detonante fue la toma de decisiones por parte de Soto que afectan directamente al área de Infraestructuras sin que Rodríguez Penín tuviese conocimiento, en el desencuentro quedo patente la existencia de dos grupos diferenciados dentro del gobierno, con claras influencias partidarias, ya que la edil de Urbanismo formaba parte del núcleo duro del exalcalde, con lo que es una declarada "paquista", mientras que Penín es la referencia de los denominados "pachistas", ediles que se mantuvieron fieles a la línea marcada por el partido desde el mismo momento en que se produjo la imputación del exalcalde, enfrentado con el secretario de los socialistas gallegos.

De ahí, y a pesar de los intentos del alcalde, Agustín Fernández, de negar la mayor, y señalar que se tratan de "pequeñas diferencias", en la junta de área de Urbanismo las criticas de Rodríguez Penín a Áurea Soto, por entender que con sus decisiones, como la última de destinar una importante partida a la urbanización del CHUO, deja sin capacidad de maniobra inversora a su concejalía: "no estoy de acuerdo en que se quite ese dinero de Infraestructuras", ya que eso llevará consigo que no se pueda asumir proyectos como son las actuación en varias calles de la ciudad, fueron directas.

Y aunque Soto intentó evitar la refriega dialéctica entre los dos miembros del gobierno con un "Antonio, estas cosas no son para hablar aquí", en alusión a la diferente postura que mantenían, Rodríguez Penín se mantuvo firme y continuó con sus reproches, y llegó a señalar que el proyecto debía ser asumido por la Xunta, con una inversión cercana a los 600.000 euros, aunque al final voto a favor de la propuesta.

Con esta situación, y en fase de concretar el borrador de presupuestos de 2013, las previsiones para que pueda haber un acuerdo en un plazo corto de tiempo, como así pretende el edil de Economía, Vázquez Barquero, es más que cuestionable, al menos es lo que aseguran los grupos de la oposición.

Sobre el incidente, el PP señaló que está claro el "desgobierno", y Pérez Jáome, de DO, lo resumía con un "patético".