El Ministerio de Medio Ambiente conocía, al menos desde 2006, año en el que emitió el informe, la proliferación de las "microcystis euriginosa" en el embalse de As Conchas, un alga altamente tóxica, así como que el crecimiento de las mismas venía producido por el vertido de abonos y fertilizantes químicos en las explotaciones agrícolas del río Limia.

Así lo reconoce el estudio sobre episodios de eutrofización de embalses de la cuenca norte, que presentó el 4 de octubre de 2006 la Confederación Hidrográfica del Norte, organismo de cuencas del que dependían entonces los embalses de la cuenca Miño-Sil.

Este mismo estudio reconoce incluso que otros embalses, como el de Castrelo de Miño situado en el río Miño aguas abajo de la ciudad de Ourense, fue el que presentó más episodios de explosiones de este tipo de organismos.

Llegaron a recogerse muestras del agua de este embalse, y "se hicieron pruebas de toxicidad con bioensayos en ratón que dieron resultados positivos con muertes en 2 horas en las muestras de aguas tomadas en Castrelo y de 30 horas en las aguas que se recogieron entonces en el río Miño en Tui

El estado de salubridad del embalse de Castrelos mejoró, según el mismo informe, cuando se construyó una depuradora en Ourense y empezó a verter allí sus residuos el matadero municipal.