Provincia de la Galicia interior, carente de mar pero rica en pulpo. Así es Ourense. Este cefalópodo, cocinado "á feira" es, tal vez, el plato tradicional más típico de Ourense, básico en su gastronomía y siempre asociado a días festivos. Ferias, fiestas y romerías no se entienden sin un puesto de venta de pulpo. Pero tampoco las calles de la ciudad.

En festivos y fines de semana son muchos los lugares de la urbe que acogen en sus vías públicas (normalmente esquinas de confluencias entre calles) a las conocidas "pulpeiras". Tradición anclada en su costumbrismo.

En la actualidad hay un total de 40 puestos ambulantes de venta de pulpo repartidos por las calles del entramado urbano, una cifra que representa un aumento de un 21 por ciento con respecto a los puestos que había hace dos años. Y es que las solicitudes al Concello para la instalación de estas tradicionales "pulperías" no dejan de llegar. De hecho, en los dos últimos años fueron autorizados por la Concejalía de Comercio del Concello de Ourense siete nuevos puntos de venta, correspondiente a otras tantas solicitudes.

Imagen típica de las calles ourensanas desde hace décadas, no fue hasta hace cinco años cuando se realizó una regularización en el sector, determinándose que este oficio debía tener un permiso municipal y afrontar el pago de una cuota. Algunas tenían permiso desde hacía 20 años pero no pagaban cantidad alguna, tal y como explican desde el propio Concello. La edil responsable de Comercio, la nacionalista Ana Garza, paró la concesión de nuevas licencias hace dos años para poner todo en orden. Que los "pulpeiros" tengan la documentación al día, el permiso de venta ambulante y estar al corriente de pago son, desde entonces, requisitos necesarios.

El permiso, que se otorga con carácter anual, le autoriza para colocarse en un determinado punto de la ciudad para vender pulpo que ellos mismos seleccionan, aunque su aprobación queda condicionada a la valoración que haga la Policía Local, pues el sitio escogido no debe presentar problemas para el tráfico. El pago de las cuotas se fija en función de si los "pulpeiros" desean vender en sábado, en domingo o en festivos o todos ellos. Se trata, explican fuentes municipales, de una tasa que deben pagar anualmente y que supone un coste aproximado de 7,80 euros por día.