Los vertidos de aguas fecales en la costa de A Congorza, supuestamente ligados al deficiente funcionamiento de la estación depuradora (EDAR) de Balea, han provocado una nueva denuncia de la Policía Local de Cangas, que constató en la tarde y la noche del sábado una infracción que se prolongó "durante horas". Los agentes recogieron varias muestras del vertido, algunas de las cuales fueron trasladadas a un laboratorio homologado y otras han quedado custodiadas en dependencias policiales a la espera de determinar su composición y origen. El concejal de Urbanismo, Mariano Abalo, reitera que llueve sobre mojado en este asunto y que el Concello aplicará con rigor la normativa y las sanciones que puedan corresponder, apuntando a la concesionaria del servicio del ciclo integral del agua, la UTE Gestión Cangas (formada por Aqualia y Civis Global) como más que probable infractora.

Las quejas por el mal olor y la turbidez de las aguas que salían por las tuberías próximas al muelle de A Congorza se produjeron a primeras horas de la tarde del viernes. En torno a las cinco se recibió una llamada en la jefatura policial alertando de que el aliviadero de la depuradora en ese punto estaba vertiendo al mar, probablemente aguas fecales sin depurar. Los agentes se desplazaron a la zona y "comprobaron la veracidad de los hechos", ya que por la tubería estaba saliendo "un caudal considerable de agua de color marrón que desprende un fuerte olor a aguas fecales", por lo que dieron aviso a las autoridades medioambientales. Técnicos de Augas de Galicia y agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil ya visitaron varias veces la zona en los últimos meses por motivos similares.

El protocolo obliga a recoger muestras de los vertidos, que fueron trasladadas, con precinto y etiquetadas, a un laboratorio encargado de su análisis, quedando otras en las dependencias policiales conforme a la "cadena de custodia" fijada para estos casos. Se da la circunstancia de que la Policía Local regresó al lugar del vertido tres horas después, en torno a las ocho de la tarde, y la tubería "seguía vertiendo con la misma intensidad que en horas anteriores", según consta en el parte policial, aunque los agentes recalcan que "el olor a aguas fecales se hacía todavía más fuerte y constante, siendo desagradable a la respiración hasta 50 metros antes del lugar del vertido".

La denuncia policial se una a las "decenas" de quejas y partes acumulados en los últimos años por el funcionamiento deficiente de la depuradora de Balea, que gestiona la nueva concesionaria desde hace casi tres años, cuando tomó el relevo de la empresa Acciona. Además de las denuncias formales, los responsables municipales también aluden al malestar vecinal por una situación que se repite "con demasiada frecuencia" y que afectaría a la calidad medioambiental y a los recursos pesqueros y marisqueros de la zona. Estos hechos sirven para alentar desavenencias entre el gobierno tripartito y la UTE Gestión Cangas, con el trasfondo de las amenazas de rescisión del contrato.