El trabajo de colaboración de los Cabaleiros do Morrazo se intensificó el viernes por la tarde, cuando varios miembros salieron por los montes de esta isla de casi 190 hectáreas de extensión -y que acoge el proyecto desde hace 25 meses- en busca de las cuatro yeguas y el macho o garañón encargado de cubrirlas, de nombre "Granillero". Junto a ellos pacen libres los siete potros y potras nacidos en el Parque Nacional, que deben ser marcados, microchipados y revisados por los veterinarios de la Xunta y a corto plazo están llamados a abandonar la isla en barco para que la población equina se estabilice en torno a la decena de ejemplares. La labor de los voluntarios fue posible porque varias veces al mes les suministran pienso o algún "agarimo" para ganarse su confianza y que no vean a las personas como una amenaza. Así, el sábado se celebró el peculiar curro en Sálvora, que fue rápido y sin incidentes.

El objetivo final de esta iniciativa es preservar el código genético de la pura raza gallega, que hasta hace poco más de dos décadas estuvo en peligro de extinción, aunque actualmente quedan en torno a 1.300 individuos y varios colectivos preocupados por su conservación y cría para perpetuar la especie. Representantes de Puraga estuvieron también en la ceremonia celebrada el fin de semana en la isla del municipio de Ribeira ubicada en la bocana de la ría de Arousa, donde los équidos autóctonos llegaron para sustituir a la población de animales mestizos que vivían en ella desde la década de los 60.

Actualmente hay en Sálvora 13 caballos, pero los expertos consideran que el ecosistema de la zona solo permite disponer de una colonia estable de entre ocho y diez cabezas, de ahí que esté previsto trasladar algunos ejemplares al continente. El cangués Pablo Mallo, vecino de la parroquia de Aldán, es vigilante de recursos naturales en la isla y directivo de la asociación Cabaleiros do Morrazo. Señala que posiblemente ese trámite se posponga hasta primavera. "Esa fase dependerá da situación meteorolóxica, porque hai que levalos nun barco bateeiro e iso esixe unhas condicións do mar moi boas para a navegación". Es probable que se espere a que pase el invierno para asegurar la operación, así como concretar el destino de los animales, en principio destinados a asociaciones o criadores de esta raza autóctona. Con respecto al mantenimiento de la actual población equina, la intención es ir sustituyendo progresivamente las yeguas de mayor edad por otras jóvenes que hayan nacido en la isla, así como cambiar a "Granillero" por otro semental para evitar los problemas de consanguinidad.

La isla de Sálvora estuvo poblada hasta principios de la década de 1970 y sus habitantes convivían con distintas especies de ganadería, pues criaron cerdos, vacas, caballos, asnos y mulos. Su propietario en los años 60, el marqués de Revilla, introdujo los caballos y hasta ciervos, pues era aficionado a la caza. Ambas especies se adaptaron al entorno. Aún hay ciervos y quedaban nueve caballos cruzados cuando el Parque Nacional das Illas Atlánticas dio el visto bueno a un proyecto de la asociación Cabalo Pura Raza Galega, que solicitaba cambiar los ejemplares mostrencos por los de pura raza autóctona.