La crisis sanitaria cercenó el curso, y en muchos casos, quizá también el futuro laboral de los estudiantes. Hablamos de los que cursan ciclos formativos, estructurados en módulos. Estos módulos, con una duración concreta (por ejemplo, 15 horas por semana) no pueden habilitarse si no se cubrieron dichas horas.

Pero el problema va más allá, como indican José Manuel Iglesias y Uxío Grande. En marzo, muchos estudiantes remataron el segundo curso de un ciclo formativo y deberían empezar sus prácticas "que suelen ser la puerta de entrada al mundo laboral", recalca el director del IES Marco do Camballón. Pues bien, esas prácticas quedaron suspendidas y en su lugar se opta por actividades de simulación o por un trabajo. "Es una pérdida real de oportunidades para encontrar un trabajo", recalca el docente cruceño. En su centro se imparte un ciclo medio de Soldadura e Calderería. Las empresas que podrían acoger estas prácticas están ahora cerradas por la crisis sanitaria. Recordemos que este ciclo cuenta con una alumna, Carolina Cabaleiro, pionera en un sector muy masculinizado. La otra formación, de Atención a Personas en Situación de Dependencia, también está paralizada porque los geriátricos están blindando ante la entrada de nuevo personal, también por el avance del coronavirus.