Las comarcas vivieron ayer su primera jornada tras declararse el viernes el estado de alarma a causa del coronavirus. Los vecinos aprovecharon la mañana para salir a comprar lo necesario y por la tarde, las calles permanecieron prácticamente desiertas, con la mayoría de los negocios cerrados, aunque por la mañana, al menos en Lalín, hubo algún abierto, que no era de productos alimentarios.

La actividad en la central que el 061 tiene en el Centro Integrado de Atención ás Emerxencias (CIAE-112) radicado en A Estrada se ha disparado. Es desde ahí desde donde se brinda atención telefónica a las personas de toda Galicia que muestran síntomas de coronavirus o quieren pedir información al respecto. El incremento exponencial de llamadas ha motivado un incremento, de los 9 habituales a 16 el jueves y a 25 teleoperadores, ayer, a los que cabe sumar 4 enfermeros y 10 médicos. Según datos de Sanidade, solo el viernes los teleoperadores habilitados atendieron más de 5.500 llamadas. Y cerca de la mitad fueron por el coronavirus.

Por su parte, el Concello de Lalín refuerza medidas contra la prevención de esta pandemia con la activación de un plan específico de prevención frente al riesgo de exposición laboral para la Policía Local, Protección Civil y Emerxencias. Recoge instrucciones específicas tanto para la colocación como para la retirada de los Equipos de Protección Individual (EPI), compuesto por guantes, gafas, bata y mascarilla y también medidas para extremar la higiene. Este protocolo estará en revisión permanente y se actualizará cuando exista una nueva evidencia disponible o recomendación de las autoridades sanitarias.

Mientras, continúa el goteo de suspensiones de servicios. El Distrito Forestal XVI -como los demás de Galicia- ya decidía el viernes dejar de dar información de cortas en los puntos habituales y de expedir autorizaciones de quema forestal o de recibir comunicaciones de quemas agrícolas en sus instalaciones del polígono Lalín 2000. Asimismo, se suspendieron los talleres de empleo.

También la población de Deza y Tabeirós-Montes se lo toma en serio. El estado de alarma decretado motivó ayer que las calles y parques, se quedasen desiertos por la tarde tras una mañana especialmente ajetreada en los supermercados, donde las familias aprovecharon para adquirir provisiones, dejando vacías de leche y papel higiénico u otros alimentos como galletas, pasta o arroz. En Lalín se mantuvo el mercado sabatino de productos de huerta.

También los fumadores hacían acopio de tabaco, mermando notablemente las existencias y ante la duda de si estos permanecerán abiertos en los próximos días, que todo parece indicar que sí.

En algunas gasolineras también se detecta un aumento de venta de combustible, que registran uno de los precios más bajos desde hace tiempo, ya que la gente a pesar de tener que quedarse en casa, prefiere hacerlo con el tanque del coche lleno. Las cafeterías de estas también interrumpieron su actividad, sin embargo, las tiendas también ven incrementadas sus ventas.

Cabe recordar que los restaurantes permanecen cerrados, pero la mayoría ofrece su servicio a domicilio y las panaderías despacharon ayer más pan de lo habitual, debido quizás al cierre de los locales hosteleros.

La incertidumbre está muy presente en los distintos sectores, como en las explotaciones ganaderas, pero también se están aplicando medidas para garantizar el suministro alimentario y para permitir la entrada y salida de granjas, fábricas de piensos y de mataderos.

La Asociación de Consumidores de A Estrada alertaba a los ciudadanos contra quienes aprovechen la circunstancia para intentar acceder a sus domicilios. Y recuerda que, sin llamarles, nadie se presenta en sus domicilios para hacerles el test de coronavirus.