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Las vías convencionales acaparan el mayor número de víctimas pero aumentan también en las autopistas

Como viene siendo habitual, no solo en Pontevedra sino en toda España, las carreteras convencionales siguen siendo el escenario de la mayoría de los siniestros mortales que se producen en la provincia. De los 15 fallecidos de este año, 12 fueron en carretera convencional. Los otros tres fueron en la AP-9 y en un único y trágico accidente que segó la vida de tres jóvenes en el acceso a Vigo a finales del pasado mes de mayo.

Pese a que las carreteras convencionales se siguen mostrando como las más peligrosas con diferencia, es también importante no relajarse en las vías de alta capacidad. Y es que mientras que en 2017 solo se produjeron dos fallecidos en este tipo de vías (frente a los 18 en carreteras con calzadas de doble sentido), en 2018 la cifra ya ascendió a cinco (con 4 fallecidos en autopista y uno en autovía, además de los 19 en vías convencionales). Este año la autopista ya se ha cobrado tres vidas aunque, como ya se señaló, todas en un mismo accidente de circulación.

AP-9 y Nacional 550

Es este siniestro el que provoca, también, que la AP-9 sea la carretera con más víctimas mortales hasta el momento, con un total de tres. Le sigue en cuanto a mortalidad en lo que va de año la Nacional 550 con dos fallecidos (entre ellos un atropello a un peatón) y cabe destacar que esta carretera ya fue la que más fallecidos registró el pasado año. En este vial se va a instalar un nuevo radar a la altura de Cerponzóns en donde se produjeron varios accidentes graves, alguno de ellos mortales, en los últimos años.

Otra de las muertes se registró en la N-554 y 1 más en la Nacional 120, en lo que respecta a las vías de titularidad estatal en las que se produjeron accidentes mortales.

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