"Estoy en los últimos meses de mi maravillosa vida". Así se refirió anoche en el Teatro Principal de A Estrada el artista Carlos Barruso al cáncer terminal de páncreas que motivó su concierto por antonomasia,"Fin de vida" , que él mismo organizó para disfrutar y despedirse por todo lo alto de los compañeros, los exalumnos y el público que lleva décadas aplaudiéndole, en toda una vida consagrada a la música. La "bondad" y la "alegría" de "un hombre que solo transmite felicidad", en palabras de su sobrino César Barruso, se impusieron y le hicieron triunfar en su "noche histórica" en la que, simplemente, estuvo sublime.
Triunfó ante quien confesó que fue su "primer y mejor profesor, el mejor músico, un amante total de la música: mi padre". Era la "guinda del pastel" de un concierto en el que Barruso también estuvo acompañado por su ahijado, Álex Cabal (hijo del inolvidable músico estradense de igual nombre), y por sus dos sobrinos César y Hugo. Ellos son "las dos personas más importantes de mi vida", confesó Carlos: "quienes me dan la fuerza necesaria para seguir".
La emoción impregnó un concierto en el que Carlos Barruso inmortalizó su maestría y dio una lección de vida. // Bernabé / Juan Carlos Asorey
Ambos subieron entonces al escenario y se fundieron en un emotivo abrazo, mientras trataban de contener la emoción y los sentimientos. "Todos los que tenemos el honor y el privilegio" de conocer a Carlos, señaló, "sabemos que eres ilusión por aprender, por enseñar, transmites ilusión a todo el que te rodea". "Eres trabajo y dedicación constante. Eres un luchador. Para ti no hay nada imposible. Tu bondad y tu corazón te hace hacer cosas inimaginables con tal de hacernos al resto felices", prosiguió. "Hugo y yo te queremos. Para nosotros eres un padre", concluyó emocionado.
Para entonces, el que más y el que menos en el público tenía un nudo en la garganta y disimulaba como podía las lágrimas que empañaban sus ojos. La emoción embargaba al auditorio
Fiel a su estilo de entregarse al máximo en cada concierto, el músico se dejó la piel sobre el escenario, acompañado por una treintena de "grandes músicos" -compañeros y exalumnos- que también dieron lo mejor de sí mismos para rendirle tributo en vida a un artista que ayer inmortalizó su maestría.
El saxo que toca como nadie sonó como nunca y exhibió el genio de un músico que demostró, una vez más, su condición de referente musical en A Estrada y en Galicia. En un Teatro Principal lleno hasta la bandera, A Estrada se volcó en el homenaje a Barruso y este cumplió su cometido de divertir al público con lo que mejor sabe hacer: hablar a través de su música. Fue, simplemente, una noche mágica. El cuidado repertorio de jazz, blues y funky expresamente seleccionado por el artista logró emocionar a un respetable que -como le había pedido el maestro de ceremonias al inicio- abrió su alma y dio rienda suelta a su sensibilidad, conectando así a-con solo 18 años se mudó a l máximo con el artista y sus "amigos", los profesionales y exalumnos que ayer quisieron acompañarle.
El público aclamó en pie a Barruso en su concierto "Fin de vida" en el Principal. // Bernabé / J.C.Asorey
Lo hicieron a la batería Manolo Brey, Luis Iglesias, Héctor Drass, Iago Couceiro y Pablo Sanluis; al bajo, Efrén Novoa, Manuel castedo y Álex Cabal; al piano, Javier Constenla, Alfredo Susavila, Héctor Martínez, Xián Fernández, Rubén Rodríguez y César Barruso; a la guitarra, Miguel Carbajal y Vicen Couceiro; al violín, Manu García; a la flauta, Álex Porto; al saxo alto, Rubén Servide y Juan Carlos Méndez; al saxo tenor Juan Núñez y Diego Basadre; a la trompeta, Maury Manana, Fran Castro, Juan Lindín y Josiño Dosantos; y al trombón, Cristóbal Fernández, William Díaz y Víctor Bascuas. Las privilegiadas voces de Lucía Azurmendi y Silvia Ferre también sonaron en un concierto memorable, que contó con una formación base de batería, bajista, piano y guitarra con 13 músicos con instrumentos de viento (trompetas, trombones, clarinete y saxos soprano, alto y tenor). Interpretaron The Chicken, Comin home, baby, In a sentimental mood, Crazeology, Svantetic, Englishman in New York, Father Time, Faith, Bernie's Tune & Grand Slam, Concierto de Aranjuez, Them there eyes, Think, Mana de Carnaval, Monmouth College Fitht Song, Sugar y The way you look tonight, Inside Out, Pick up the pieces, Friday Night Shuffle y I Feel Good.
Pero lo de menos fue el repertorio. El maestro Carlos Barruso demostró anoche su calidad artística pero, sobre, todo, dio toda una magistral lección de vida.