Se reconoce como una persona preocupada por la imagen y por servir a los demás. José Ramón Riádigos García ha superado con éxito una grave dolencia cardíaca para seguir compaginando su trabajo en GES Lalín con la vocación por el deporte y el gusto por las pasarelas. Su excelente condición física le permite hacerlo justo cuando acaba de hacerse con el título de entrenador personal.

-¿Cuánto tiempo lleva formando parte del GES de Lalín?

-Como sabes, el GES de Lalín lleva activo seis años porque antes era Protección Civil. Yo llevo en total con ellos unos doce años. Empecé en Protección Civil y ahora estoy en la plantilla del GES lalinense.

-¿Qué fue lo que le atrajo del trabajo en un servicio así?

-Sin duda, poder ayudar a los demás. Es todo un orgullo que gracias a tu trabajo puedas sacar de cualquier apuro a una persona. Me tiene pasado más de una vez y puedo asegurar que es muy gratificante. Tu vas al trabajo tranquilo, como le puede pasar a cualquier empleado, lo que pasa que nuestro problema es cuando suena el teléfono. Sobre todo si el que avisa es el 112 porque nosotros vamos a un accidente y nunca sabemos lo que nos vamos a encontrar cuando lleguemos al lugar del siniestro. Vas en tensión, nervioso hasta que llegas allí y valoras realmente la situación.

-¿Cuál fue el mejor momento vivido hasta ahora en su trabajo?

-Es que en nuestro trabajo no existen momentos bonitos como se pueden entender en otro tipo de tareas. Sí es cierto que cuando vas a un accidente y las cosas salen mejor de lo que en principio esperabas, y colaboraste en ello, sientes una gran satisfacción personal.

-¿La gente valora en su justa medida un trabajo como el suyo?

-Tengo que decir que la mayoría de la gente reconoce nuestra labor como servicio de emergencias. Sin embargo, es triste comprobar como aún hay algunos que ponen en entredicho lo que hacemos. Nosotros estamos exclusivamente para las emergencias. La gente lo que no puede pensar es que porque nos ven por la calle en algunas ocasiones no estamos haciendo nada. Normalmente estamos alerta en la base para salir en cuanto sea necesaria nuestra presencia.

-¿Le gustaría dar el salto a otro cuerpo de emergencias?

-Tengo que reconocer que desde muy pequeño siempre me gustó el cuerpo de bomberos. Lo que pasa es que es un poco más difícil entrar ahí. Mi sueño sería poder convertirme algún día en bombero, pero de momento me conformo con el puesto que tengo aquí. Si pudiera elegir, me gustaría ser bombero en una ciudad grande. En una ciudad hay más trabajo, y a mi me gusta estar siempre en activo y tener salidas más frecuentes. Cuantas más salidas tienes más aprendes. Aquí, en Lalín, si no tienes salidas poco vas a aprender.

-¿Cómo es el ambiente en una base como la de GES Lalín?

-La verdad es que somos una gran familia. Hay muy buen ambiente en la base porque todos nos llevamos muy bien. Yo soy de los últimos en llegar cuando sólo tenía 18 años, y tengo que decir que me acogieron perfectamente. Ya digo que somos todos buenos amigos.

-Sin embargo, no hay mujeres en la base. ¿A qué se debe?

-Sí hay chicas en el voluntariado de Protección Civil de Lalín. Todos los que entramos en el GES pasamos por unas pruebas de selección previas teóricas y prácticas, que por supuesto son muy exigentes. Desconozco la razón por la que no hay chicas todavía en la base, pero supongo que tiene que ver con la dureza de esas pruebas de las que te hablaba. Me imagino que como pasa en otros trabajos similares poco a poco se irán incorporando. Es algo lógico y natural.