Qué hacer con la ingente cantidad de basura que generan los ciudadanos y las industrias es uno de los retos con los que todavía no han sido capaces de lidiar las administraciones públicas, también las municipales. Sea mediante una privatización de este servicio o con gestión directa, el coste que supone para los concellos la recogida y tratamiento de los denominados Residuos Sólidos Urbanos (RSU) es importante y, además, deficitario. Según los propios presupuestos de los nueve municipios de Deza y Tabeirós-Montes, este servicio cuesta medio millón de euros más de lo que se recauda en los tributos que pagan los ciudadanos. Así se deduce de los números de las liquidaciones contables del ejercicio 2017.

Las cuentas ponen de manifiesto, de nuevo, que los ayuntamientos precisan algo más de 3,4 millones de euros para abonar los costes de recogida y tratamiento de los desperdicios de sus habitantes, mientras que las tasas que repercuten de nuevo en las arcas públicas están en 2,9 millones. Pero además, entre los concellos de la zona, no existe una gráfica más o menos semejante sobre el coste de este servicio, cuya prestación es obligatoria. Así las cosas, Agolada es el municipio que menos recursos económicos destina, con 33 euros por habitante y año. En el otro extremo aparece Vila de Cruces, donde la cuantía aumenta hasta los 79 euros. El promedio es de 49 euros, aunque en el caso de Lalín la cifra aumenta hasta los 56, mientras que en A Estrada es menor y se sitúa en 37. Los ayuntamientos de Silleda y Cerdedo-Cotobade calcan la media de las comarcas.

Si dejamos a un lado el capítulo de gastos o coste por ciudadano y nos centramos en los ingresos que cada administración local obtiene de media por el pago de este tributo, el cálculo absoluto se coloca en 42 euros; es decir, siete menos por habitante de los que cuesta mantener el servicio. Los ingresos per cápita son los siguientes: Lalín (50 euros por vecino y año), Silleda (72), Vila de Cruces (28), Rodeiro (24), Agolada (40), Dozón (32), A Estrada (35), Forcarei (27), mientras que cada vecino de Cerdedo-Cotobade asume un promedio de 28 euros al año.

Por municipios, Lalín es el que más recursos económicos emplea al año a la recogida y tratamiento de los desechos, una vez que este servicio le costó en 2017 1.130.873 euros, mientras que los ingresos obtenidos vía impuestos penas rebasaron el millón. Según las cuentas públicas, la comparativa con A Estrada es bastante llamativa, al arrojar un balance de 767.605 euros de gastos y 727.828 de ingresos. El caso de Silleda la liquidación de ingresos (623.480 euros) es superior a los 425.075 del coste del servicio. Vila de Cruces muestra uno de los déficits más importantes entre los ayuntamientos de la zona, con 150.682 euros de ingresos y un gasto de 425.000. En Agolada las cuentas son de 96.585 y 79.619 euros respectivamente, y, en Rodeiro, de 61.092 y 115.360. Los vecinos de Dozón dejan en tributos por la basura 37.792 euros y al Concello el servicio le supone un gasto de 70.640 euros anuales.

En Forcarei los ingresos suman 94.086 euros y el coste del servicio, 161.708 euros. En Cededo-Cotobade el desglose de las cuantías se sitúa en 167.780 euros de recaudación frente a un gasto de 294.817 euros.