Cinco municipios de las comarcas han rebajado el último año la carga impositiva sobre sus ciudadanos y otros cuatro la han incrementado. Para el cálculo de la presión fiscal se toman como referencia los ingresos anuales en concepto de impuestos directos, indirectos y tasas, suma que se divide por el número de habitantes. Aunque, sobre todo, las tasas son asumidas por los ciudadanos que hacen uso de determinados servicios, también se incluyen para elaborar este dato. Según estos valores oficiales, Lalín ya no se mantiene como desde hacía ya muchos años como el concello de Deza y Tabeirós-Montes que aplica una mayor carga fiscal sobre sus ciudadanos y ahora es Agolada. En la capital dezana son 427 euros al año. No obstante, la cifra correspondiente a 2017 se reduce hasta en 33 euros menos por vecino. En Silleda (320 euros de carga impositiva media) crece en hasta 91 euros, mientras que en Vila de Cruces el descenso es prácticamente inapreciable al pasar de 298 a 287 euros. Rodeiro, con una presión fiscal de 333 euros, baja en 22 respecto al año precedente, mientras que en Dozón sube en 5 euros y llega a los 246. Agolada es, sin duda, el concello que más ha exprimido a sus vecinos en carga impositiva, una vez que pagaron de media 169 euros más en un año, hasta los 451. En A Estrada la presión fiscal es ahora de 298 euros (2 menos), en Forcarei pasa de 286 a 308 y en Cerdedo-Cotobade baja de 229 a 222.