Las obras para la ejecución del proyecto de humanización de la calle Calvo Garra se iniciarán después de las fiestas de Navidad, el 7 de enero. La decisión se adoptó para evitar que interfieran con el desarrollo de una de las campañas comerciales más importantes del año, dado que la actuación tendrá lugar en una de las principales arterias del casco urbano. Teniendo en cuenta, además, que su plazo de ejecución es de casi tres meses, la intención es que parte de la rúa esté habilitada para la circulación en la Feira do Cocido, que en 2019 cae el 24 de febrero. Con este objetivo, se están acompasando los procedimientos administrativos previos al inicio de las obras para que estas tengan la menor incidencia posible en el tráfico y la actividad comercial y hostelera del centro, tal como explica el concejal de Obras.

La oferta mejor valorada en el proceso de licitación es la presentada por Construcciones Orega, con un presupuesto de 173.000 euros, sobre los casi 224.000 consignados a través del Plan Concellos. La compañía presenta como mejoras una reducción del tiempo de ejecución de las obras.

El proyecto de humanización y acondicionamiento integral de Wenceslao Calvo Garra es una de las actuaciones más importantes y de mayor envergadura de las que se van a acometer durante los próximos meses en diferentes calles de la localidad. En este caso, se transformará la calle en una plataforma única para convertirla en un espacio más acogedor y habitable. Pensando tanto en los vecinos como en los actuales usos de la vía, se decidió prescindir de uno de los márgenes de estacionamiento, el situado en el lado norte; no obstante, seguirán existiendo las mismas áreas de carga y descarga y se mantendrá el sentido único de circulación. Las aceras se ensancharán hasta los tres metros, con un aparcamiento de dos y medio y un carril de circulación de tres. El proyecto también incluye mejora de la recogida de aguas pluviales y previsión de canalizaciones para el enterramiento de los cables del alumbrado eléctrico y telecomunicaciones, lo que favorecerá la estética.

Tal como recoge el proyecto diseñado por el arquitecto lalinense Luis Fernández, los colores de los acabados serán claros, ya que esta calle pasa buena parte del día a la sombra. La calzada se acometerá con hormigón "desactivado", que quedará con una textura similar a la de una camino y no perfectamente lisa, sino con ligeras rugosidades. También se buscó dar más vistosidad a la rúa debido a su significación en la trama urbana, mediante franjas de granito silvestre transversales a lo largo de la calzada que, al mismo tiempo, servirán para modular las plazas de aparcamiento. Franjas de cuarcita y losa verde marcarán la linealidad requerida para los pasos de peatones y las losas principales de las aceras serán sustituídas por otras similares a las de la vecina calle Antonia Ferrín Moreiras. Y se dotará de pivotes de seguridad con luz regulable.