La población de jabalí sigue siendo un quebradero de cabeza para determinadas zonas, como Rodeiro. El año pasado, este municipio arrancó la temporada de caza de esta especie (a finales de agosto), con 60 precintos, los mismos que tiene en ésta. A lo largo de la temporada y según vayan agotándose los precintos, la Xunta concede una ampliación. Rodeiro, al final, dispuso de 104. Camba, el año pasado, vio incrementada de forma muy notable la presencia de este animal, porque piaras enteras huyeron del vecino municipio de Cea, tras diversos incendios forestales. La existencia de centenares de fincas de maíz motivaron que el jabalí se asentase en este municipio y en toda la comarca dezana. Su proliferación es tal que se cuentan por decenas las quejas de los ganaderos por daños en maizales, pero también en prados. Los cazadores, por su parte, llevan años alertando de la enorme presión que ejerce este animal sobre el conejo (se come sus crías) y la perdiz, a la que le destroza los nidos. Es, además, un peligro para la cabaña porcina, al ser un potencial portador de la peste porcina africana. Ya se han detectado casos en Hungría y Polonia.

En Tabeirós-Terra de Montes la caza de esta especie está deparando una importante número de capturas. La cuadrilla de Cachafeiro, perteneciente a la Sociedad de Caza de Forcarei lleva en esta temporada 18 ejemplares capturados. El sábado sumaron a su nómina dos jabalíes de unos 80 kilogramos cada uno, abatidos en Filloi. En la jornada de ayer se hicieron con otras dos piezas. Desde diversas sociedades de la zona se indica que la falta de caza menor lleva a muchos deportistas a apostar por probar suerte con ejemplares de caza mayor.