Cada año se acercan hasta Agolada personas de todas las zonas de Galicia para visitar sus famosos Pendellos, un recinto que desprende mucha historia y que continúa vigente gracias a la involucración de personas y organismos que luchan en el día a día para mantenerlos en pie. El colectivo Baluarte dos Pendellos es precisamente uno de los aliados de mantener la historia agoladesa y lo conforman muchas personas comprometidas. Esto quedó reflejado ayer con la celebración del I Encontro Amigo nos Pendellos, organizado precisamente por esta asociación.

La lluvia no fue un impedimento para que muchos se acercasen para disfrutar de la jornada, que además, coincidió con la tradicional feira do doce y con el festivo nacional. En la cita la música puso el ritmo con la actuación de Bico da Balouta, Carlos Cabanelas e o seu acordeón, Cuarteto Maruxa, Familia Factor, Pena Merenda y Cantares dos Pendellos. "La verdad es que es un acto muy bonito, aunque a nosotros nos pilló por sorpresa porque no nos habíamos enterado, pero esto alegra al pueblo y me parece una idea magnífica", manifestaba una señora presente en el acto. Varias personalidades ofrecieron unas palabras en mención a estos singulares inmuebles de los que presume el municipio agoladés y que eran tan importantes para la feria de antaño, que era una de las más famosas de toda la zona y que atraía a feriantes procedentes de distintos lugares.

Después del acto, parte de los asistentes disfrutaron de una comida de confraternidad en la Parrillada Agolada. Y por la tarde, la cita continuó en el Auditorio Manuel Costa Casares con la proyección del archivo fotográfico de Manuel Galego Iglesias, fallecido ya hace unos años. Las instantáneas de este agoladés recogen personas y distintas escenas como retratos, entre ellos destaca el del famosos Abelardo de Berredo, ceremonias como comuniones o fiestas, fotografiadas entre los años 1962 y 1965. Tal y como indican desde el colectivo Baluarte se trata de una colección que tiene un alto interés como documento de la época y destaca su valor artístico, teniendo en cuenta la escasez de medios técnicos que existía por entonces.