"La semilla que echamos en el suelo germinó de manera progresiva y fue oscilando. Fue así como aprendimos mucho de los errores". Así comienza la mirada retrospectiva del director de la Escola Municipal de Artes Escénicas de A Estrada (EMAE), Xosé Lueiro. A punto de celebrar su décimo séptimo aniversario y con un repunte de alumnados el año pasado, son varios los recuerdos y muchas las proyecciones futuras que la compañía conserva en la mente.

Empezaron como teatro de aficionado bajo el telón de Tirinautas, agrupación teatral nacida en el año 97 y que se mantuvo viva durante una década. Los dos o tres espectáculos con los que deslumbraron en el escenario les sirvieron para llamar la atención y asentarse en la órbita teatral que se les estaba abriendo en A Estrada. Comenzaron impartiendo cursos a los actores que conformaban Tirinautas para después ampliarlos a la gente interesada. Así que idearon un primer centro de formación teatral y, tras el proyecto piloto del 2002, abrieron al año siguiente un núcleo permanente que confería "dignidad y sentido a todo el trabajo que aquella insurgente formación de teatro aficionado había cultivado",comenta Lueiro.

Desde aquellos primeros pasos hasta hoy, la escuela supo aprender de los errores y, con el paso del tiempo, además de dilatar su experiencia o apostar por un equipo docente de calidad, ha ido diversificando el abanico de las disciplinas que actualmente ofrece. De hecho, el propósito para seguir esta hoja de ruta fue el de permitir a sus alumnos fortalecer expectativas personales más allá de lo puramente interpretativo y dar respuesta a quienes acuden a la escuela con la pretensión de hallar un estímulo más artístico. "Creo que conseguimos nuestro objetivo. Cuando llega un nuevo alumno nosotros siempre decimos que la nuestra no es una escuela para actores, no es Operación Triunfo ni tampoco se trata de dar clases solo de interpretación sino de que la gente gane en autoestima, refuerce su personalidad o que sea más desinhibida", asegura el director de la entidad. "Estas aptitudes son muy válidas y refuerzan tanto al profesor que atiende a sus alumnos, como al dependiente que trabaja en una tienda de cara al público", concluye.

Los ejes en torno a los que se mueve la Escola de Artes Escénicas van desde la fusión de lo artístico que cabalga entre la danza y el cante con los rasgos más teatrales que ofrecen la creatividad o la improvisación para acabar robusteciendo al alumnado a través del trabajo en equipo. Esta última tarea es para el director de la escuela "importantísima dada la sociedad individualista en la que vivimos". Así es que la formación estradense de artes escénicas ha ido direccionándose hacia la polivalencia de sus alumnos, debido a las las necesidades que actualmente exige el sector. Por eso, la escuela "es un camino de transición, una especie de escaparate que permite entrar en contacto con el mundo de las artes escénicas, inclusive, para el alumnado interesado en hacer del teatro su proyecto de vida". Algunos de los que pasan por este camino escénico intentan profesionalizarse, bien en la Escuela Superior de Arte Dramática situada en Vigo, bien en compañías profesionales o en las que brindan las Universidades.

Paralelamente a los logros que fue cosechando, la EMAE tropezó con un público estradense inesperadamente acogedor y afable con el teatro. A sus 17 años recién cumplidos, desde la formación aseguran haber encontrado su "espacio" por medio de "un proyecto del que la sociedad estradense se siente partícipe", subrayan.

La Escola de Artes Escénicas estradense se enorgullece, asimismo, por la utilidad que pueden llegar a tener las disciplinas que imparten en el mundo laboral, dada la primera barrera que los alumnos de la escuela deben superar, subidos a un escenario y ante un público que los observa. Una conexión que, si bien parece distante de la realidad, la EMAE la aproxima por medio de ejemplos propios. "Es más lo que no se ve de aquello visible; nos tienen comentado algunos alumnos que consiguieron puestos de trabajo donde se les había valorado de forma muy positiva por su asistencia a clases de teatro". Además, la metodología que caracteriza a esta escuela es la de fortalecer la autoestima y vencer la inhibición de sus partícipes. Así es que "hay niños que vienen el primer día con tantos nervios que no se acuerdan ni de cómo se llaman pero al verlos dos o tres años más tarde son una maravilla porque han ganado muchísimo en autonomía", subraya Lueiro.

Ahora el anhelo que desafía al porvenir de la Escuela Municipal de Artes Escénicas de A Estrada se encamina hacia la consecución de uno de sus sueños: direccionarse hacia el ámbito audiovisual. Es decir, conseguir que la gente se exprese delante de la cámara pero también enseñar el trabajo de producción y, porque no, de cara al futuro, realizar un cortometraje. Empero, esto es todavía un eslabón pendiente de ser moldeado: "nosotros queremos apostar por una transición hacia el audiovisual a medio plazo, si no es este año para el que viene", argüe Xosé Lueiro.

De todas formas, para aquellos interesados que no le teman a la vergüenza o prefieran enfrentarse a ella, la Escuela Municipal de Artes Escénicas abre hoy la inscrición para reservar plaza de cara al próximo curso lectivo. Los interesados deberán superar al menos los 5 años aunque no existe límite para la edad adulta.