El portavoz del PP de Lalín, Javier Blanco, se hizo ayer eco de los "ataques fuera de lugar y de diferente intensidad que recibimos en las últimas semanas cada vez que decidimos fiscalizar actuaciones del cuatripartito". Blanco considera que estas reacciones del gobierno de coalición "demuestran que tiene nula capacidad de autocrítica y de encaje. Es un gobierno que lleva fatal que nadie les puede criticar". Blanco, que asegura que su partido ya está acostumbrado a estas situaciones "de menosprecio e insultos", denuncia que la situación "ya se pone en contara de los vecinos en el día a día, puesto que ante una crítica justa el gobierno no duda en atacarlos, en coaccionarlos y en amedrentarlos".

Con un escenario así el PP considera que el ejecutivo local "está dividiendo a Lalín en buenos y malos, dándose la libertad de llamarles caciques a unos pedáneos y de darles el carné de demócratas a otros". Para Blanco, el cuatripartito debería hacer examen de conciencia, con capítulos en su curriculum "como la creación de Luis Madriñán Crespo o de los mensajes de whats app con el vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda". Blanco también culpa al cuatripartito de usar uno de los socios de gobierno, APAC, "con una denuncia que roza el ridículo para intentar acabar política y personalmente con Crespo y Román Rodríguez", así como deshacer públicas conversaciones privadas con miembros del PP. "Estamos cansando de que nos tomen el pelo y de que quieran aplicarnos esa superioridad moral de la que presumen. Somos la fuerza política mayoritaria de este concello, así que deben respetarnos a nosotros y a la gente que nos apoya".

Blanco centró ayer sus críticas en el regidor, Rafael Cuíña, y en el teniente de alcalde, Nicolás González Casares. A Cuíña le reprendió por "atacar a vecinos en la red social Facebook y borrar los mensajes a los diez minutos, además de decir que no iba a cobrar por su cargo y ahora cobra y además usa el coche oficial". Fue bastante más duro con González Casares. Blanco apunta que el también edil de Urbanismo "fue detenido por acoso laboral, y sigue sin dar explicaciones ocho meses después. En su momento y en un pleno, dijo que daría las explicaciones oportunas, y aún no lo ha hecho". El PP asegura que no quiere convertirse en juez, pero debe fiscalizar este tipo de situaciones "si tiene consecuencias políticas". En los dos últimos plenos, añade Blanco, se le preguntó por "su comportamiento una noche en Lalín, donde tuvo una actitud poco decorosa y tuvo que intervenir la Policía Local, aunque no consta en ningún parte". El popular recrimina al edil socialista "porque se limita a decir que eso forma parte de su ámbito privado". Insiste en que los vecinos tienen derecho a saber qué ocurrió en estos dos casos, así como en una fiesta, años atrás, en Vilatuxe.