El corte de varias calles del centro de Lalín para proceder a su pintado sigue provocando polémica entre el gobierno y los comerciantes que protestaron el pasado jueves. El alcalde, Rafael Cuíña, aseguraba a través de su perfil de Facebook haberse topado ayer con comerciantes "sorprendidos por la importancia" que otros le habían dado, "legítimamente", al pintado de los pasos de peatones. Aunque ve exagerada la reacción, a Cuíña le parece "bien que cada quien se exprese como considere. "Nuevos tiempos y aire fresco. Antes había hasta miedo", concluye.

También mostraba el teniente de alcalde su sorpresa por que comerciantes y hosteleros que piden el cierre de calles durante horas para hacer actividades de sus negocios protestasen por cortes de tres horas durante un par de días para mejorar la seguridad de sus propias vías. Nicolás González Casares recuerda que a todos se les concedieron permisos, porque el gobierno valora "el interés general y social", a pesar del consiguiente trabajo de los servicios públicos: Tramitación de la solicitud, informe de la Policía Local y su refuerzo, junto con el de Protección Civil, coordinación de departamentos, planificación de cierres... Algunos mensajes tuvieron respuesta en la misma red social, al insistir en cuestionar el cierre de seis calles a la vez "cuando de toda la vida se hizo de una en una".

Por otro lado, vecinos afeaban ayer a algunos tenderos su costumbre de tirar cajas de cartón al pie de los contenedores, aun estando el azul vacío, sólo por no doblarlas o cortarlas.