El portavoz municipal del Partido Popular de Lalín, José Crespo, se mostró molesto por la decisión del gobierno de actualizar el callejero de manera unilateral y anunciar el primer cambio en una rúa por decreto por primera vez en la etapa democrática. Mientras el mandatario local, Rafael Cuíña, hacía anteayer una nueva llamada a los populares a sentase para debatir sobre este asunto, Crespo sostiene que la denominación de nuevas rúas debe partir del consenso político y no de la voluntad del gobierno de turno. Salvo sorpresa el PP no estará presente en un encuentro -rehusó la invitación para uno la semana pasada-, también, por cuestionar la constitución de la comisión del callejero.

En relación al órgano consultivo impulsado por el cuatripartito para renovar el callejero o dar nombre a las rúas que mantienen su denominación de letras, Crespo Iglesias entiende que no se respetó la representación proporcional de los distintos grupos políticos que conforman la corporación. En una entrevista en una radio local, el popular indicó que al PP se le había otorgado un miembro como a APAC o BNG. "Nosotros tenemos once ediles y ellos uno cada uno", remarcó. Crespo tildó de "paripé" una comisión "política" en la que el gobierno situó a personas afines y marginó a su grupo que, dijo, podría haber solicitado al menos contar con dos o tres representantes. "No vamos a participar en algo que dijimos que era un paripé". Además de reivindicar la presencia de su grupo político porque representa a casi la mitad de los lalinenses, insistió en que para el PP esta comisión ni existe por el modo en el que fue articulada y puesta en marcha.

El portavoz del principal grupo de la oposición contrapone esta forma de actuar del cuatripartito con la de su etapa al frente de la Alcaldía. En este sentido apuntó un dato; el 24 de abril de 2008, que fue la última vez en la que Lalín realizó una actualización del callejero. Entonces, dijo, se nombraron hasta 22 calles a la vez en una propuesta que salió por consenso político precisamente por la voluntad de su ejecutivo. Aunque entiende que el alcalde está amparado para, vía decreto, decidir por ejemplo que un tramo de la Bos Aires pase a denominarse Cacharela, pregunta a Cuíña porque este u otros cambios de rúas no son traídos a pleno para, al menos, propiciar un debate en el órgano de máxima representación ciudadana. Para finalizar dijo que la comisión, que tras más de dos años sin propuestas lanzó día atrás sus primeras conclusiones al gobierno, "nació muerta".

Crespo aprovechó para arremeter con dureza contra el alcalde por un episodio que, dijo, prueba su actitud dictatorial. Antes había señalado que actualmente en Lalín la democracia está secuestrada. Aludió a una bronca que el regidor le habría echado por teléfono a la representante de los emigrantes lalinenses en Andorra, que llevaba mucho tiempo interesada en conversar con el representante público.

Por otro lado y en relación a las deficiencias en edificios públicos, afeó al ejecutivo por no ser capaz de, por ejemplo, atender las reparaciones de la sala Tuno Valdés del auditorio tras más de dos años de espera, que solo un aviso del PP sobre el estado de la antigua aula de la UNED los hiciese reaccionar o que en este inmueble se quedase días sin calefacción. Estas son solo, dijo, muestras de la "incapacidad" del gobierno local en el día a día.