"Este año está yendo bastante bien porque colaboramos mucho con el monasterio de Carboeiro y el balneario de Baños da Brea, que nos envían a gente. También acompaña el buen tiempo, que siempre anima a que se fomente la afluencia de público", comenta. En el caso del Museo de Minería, los visitantes suelen acercarse al lugar después de visitar otros puntos de interés cercanos como A Carixa u O Corpiño. "Nos está sorprendiendo mucho la cantidad de familias que nos han visitado este verano, gente que viene a Vila de Cruces y que luego se acercan a ver el museo. Les llama mucho la atención el conjunto arquitectónico del edificio, incluso a gente que vive por la zona y que nunca lo había visitado anteriormente, o ni siquiera sabían que estaba aquí, pero les sorprende gratamente", apunta Beatriz.