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"Algunas de las políticas de Trump son aberraciones anticonstitucionales"

Las profesoras norteamericanas Minia Buongiorno y Julia Seghezzo, que dan clases en los institutos de Lalín, muestran su estupor e incredulidad por el resultado electoral

Julia y Minia, en Lalín, junto a la Estatua do Porco. // Bernabé/J. Lalín

Tienen en común el haber nacido en los Estados Unidos en familias con raíces italianas y dar clases de inglés en los dos institutos de Lalín. Minia Buongiorno, profesora en el IES Aller Ulloa desde hace seis años, vino al mundo en Nueva Orleans y se formó en el estado de Connecticut. Julia Seghezzo, nacida en Phoenix (Arizona), empezó a trabajar en el IES Laxeiro el pasado 1 de octubre. Minia y Julia votaron por correo en las elecciones presidenciales de los Estados Unidos celebradas el pasado 8 de noviembre, y las dos todavía se confiesan sorprendidas por los resultados finales de los comicios.

"Estoy muy preocupada, aunque sé que hay que respetar el resultado de las elecciones", asegura Minia, que también recuerda que "leo en los artículos de opinión que hay que esperar a ver, y me pregunto esperar a ver, ¿qué". Julia apunta que "acabo de ver un mensaje de mi madre diciendo que finalmente contaron mi voto porque con Arizona había algo de retraso en el recuento". Esta votante de Phoenix piensa que "las elecciones fueron sorprendentes porque nadie se lo esperaba". Las dos coinciden en señalar que el resultado definitivo nadie fue capaz de vaticinarlo en las semanas previas a las elecciones.

Minia, a la que le hizo ilusión poder votar en Florida (fue el último estado en el que residió) por su importancia estratégica en las elecciones presidenciales, no sabe "cómo es de justo el sistema de votación porque en un país tan grande los candidatos tienen que visitar estados, pero a muchos ni van porque saben que son donde votan más a su rival; yo tengo curiosidad por saber qué pasaría si el sistema fuera por voto". La profesora piensa que una de las causas de la gran abstención en las elecciones presidenciales norteamericanas podría ser que "es un rollo registrarte online para ejercer tu derecho al voto porque allá no censan a la gente de manera automática".

"Algunas de las políticas de Trump son auténticas aberraciones y anticonstitucionales, que supongo que no podrá llevar a cabo todas", explica Minia. "Mis padres son emigrantes de Italia, mi madre tiene miedo porque siendo emigrantes saben que hay muchos como ellos en los Estados Unidos, y lo que quiere hacer Trump no es bueno", enfatiza una Julia que tiene previsto viajar a Italia en cuanto acabe su etapa de docente en Lalín. "En el tema del racismo seguro que le van a parar los pies, en el tema de echar a los musulmanes tampoco podrá hacerlo, pero una de las cosas que más me preocupa es a nivel ecológico su opinión sobre el cambio climático", asegura Minia. "Yo hablo habitualmente con amigos míos que están allá y todos dicen que la elección les pilló a todos por sorpresa, y que nadie se lo esperaba".

Tanto Minia como Julia están plenamente convencidas de que el presidente número 45 de los Estados Unidos no podrá hacer todo lo que dijo en precampaña, aunque también expresan su temor de que la mayoría republicana en algunos de los órganos de poder sí podría facilitarles las cosas. "Yo creo que Trump no va a hacer todas las cosas que está diciendo, pero es que el Congreso es mayoritariamente republicano, eso podría facilitarle mucho las cosas y llevar a cabo asuntos sin que nadie le ponga freno", indica Julia. En este sentido, su compatriota Minia subraya el hecho de que "Trump ya causó tal división en el país que está habiendo muchos más casos ahora de acoso y de incidentes por cuestiones raciales porque es increíble la voz que le ha dado a toda esa gente". Julia comparte con Minia la opinión de que Trump no sólo podría ser perjudicial para los norteamericanos sino también para el resto del mundo a tenor de lo expuesto durante su campaña electoral. La profesora del Aller Ulloa también se mostraba perpleja por el talante de los nombramientos realizados por el multimillonario para formar parte de su gabinete una vez que tome posesión del cargo el próximo mes de enero.

De Santiago a Lalín

Otra de las coincidencias entre Minia Buongiorno y Julia Seghezzo es que, aunque las dos son profesoras en la cabecera comarcal dezana, viven en Santiago, desde donde se desplazan durante la semana para poder impartir sus clases. Julia reconoce que Galicia no tiene nada que ver con Arizona desde todos los puntos de vista: "La comida es muy rica y me encanta que aquí se hable, además del castellano, un idioma como el gallego". A Julia le gusta que "todos los niños hablen gallego porque intento hablar con ellos en inglés, pero siempre me responden en gallego". La norteamericana asegura entender la lengua gallega porque "estudié portugués en la universidad, y esa es una de las razones por las que quería venir a Galicia, aunque estuve un tiempo viviendo en Madrid". Julia tiene intención de aprender gallego, puesto que también habla correctamente italiano. Curiosamente, Minia, que también tiene ancestros italianos, dice entender el idioma pero no hablarlo ni tampoco escribirlo correctamente.

Las dos profesoras norteamericanas se aferran a los numerosos sistemas de control con los que cuenta el régimen político de los Estados Unidos para que su nuevo presidente tenga que pensárselo dos veces antes de poner en práctica alguna de sus medidas una vez que entre en el despacho oval.

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