Una nueva línea de promoción turística fija la mirada en la arquitectura contemporánea, y en ella selecciona tres paradas obligatorias ubicadas en Deza. Se trata de la propuesta planteada por la Diputación de Pontevedra y presentada ayer en la Feira Internacional de Turismo (Fitur), centrada en el espíritu creativo de las Rías Baixas. Bajo esta actuación, que lleva el título de Arquitectura contemporánea nas Rías Baixas: Espíritu Creativo "se pretende instaurar una nueva ruta que recorre 43 edificaciones vanguardistas construidas en la provincia de Pontevedra". Así entre ellas figuran tres construcciones en Deza, dos de ellas situadas en Lalín: por un lado el nuevo consistorio, conocido como Castro Tecnolóxico y por otro el albergue de peregrinos de A Laxe, situado en la parroquia de Bendoiro. A ellos se suma el poblado minero de Fontao, en Vila de Cruces.

Este catálogo de edificaciones está integrado por espacios públicos, edificios privados y públicos, viviendas, piscinas o museos, que fueron seleccionados por el Colexio Oficial de Arquitectos de Galicia (COAG) y a juicio de la presidenta de la Diputación, Carmela Silva, representan "a pesar de su contemporaneidad, la historia de esta provincia y siguen siendo testimonio de la evolución de nuestros tiempos". En concreto en el caso de las edificaciones dezanas, fueron seleccionados atendiendo a distintos criterios. El Castro Tecnolóxico, diseñado por los arquitectos Luis M. Mansilla y Emilo Tuñón y rematado en 2011, es uno de los atractivos de la zona por su diseño. Se trata de un conjunto de edificaciones curvas que se inspiran en un castro prerromano y tiene como resultado un castro tecnolóxico, nexo de unión entre el pasado y el futuro. Destaca y se caracteriza por su adaptación al terreno y su apuesta por una estructura abierta, que evita espacios jerarquizados e impulsa espacios públicos de reunión. Una construcción ya premiada en la XII Bienal Nacional de Arquitectura.

Por su banda, el albergue de peregrinos de A Laxe, rematado en 2004, y diseñado por Celestino García Braña, fue seleccionado por ser un ejemplo de restauración respetuosa con el pasado, al tiempo que integra elementos contemporáneos. Sobre las edificaciones lalinenses, el teniente de alcalde, Nicolás González Casares, destacaba que "se trata de nuevos espacios que prestan servicios a todos los vecinos y turistas que nos visitan". Casares también agradeció a la administración provincial "la posibilidad de darnos cabida en este espacio para mostrar nuestra arquitectura contemporánea pero también para defender nuestra gastronomía, representada por la Festa do Cocido declarada de interés turístico y con el objetivo de internacionalizarla".

Mientras, en Vila de Cruces, César Cort e Joaquín Basilio Bas remataron en 1958 el poblado minero de Fontao, concebido para acoger a los trabajadores de la explotación minera de wolframio. Un asentamiento que sigue los principios urbanísticos más modernos de la época y que fue rehabilitado en 2005 convirtiéndose en un ejemplo de poblado minero de implantación nórdica que sigue los equipamientos y el lenguaje racionalista. En este caso, la edil de Presidencia e Benestar Social, Beatriz Iglesias, mostró también su agradecimiento a la entidad provincial por incluir este punto en el recorrido. Una actuación que para el ejecutivo cruceño "aportará un valor añadido a la promoción turística del municipio".