La primera campaña de corte de hierba para ensilado, en un invierno normal, tendría que haber comenzado ya en marzo, para poder realizar un segundo y tercer corte hasta el verano. Pero las lluvias, intermitentes desde diciembre, y la falta de calor retrasan hasta tal punto estas labores que en muchas fincas "ni se pudo abonar" para garantizar un producto rico en minerales y proteínas. Las parcelas están anegadas de agua y la hierba será demasiado pequeña cuando las maquinarias puedan entrar en las fincas. Al no poder contar con estos alimentos, son muchos los granjeros que ya echan mano de piensos que, de momento, no se han encarecido. El mal tiempo también retrasará otros cultivos como el maíz de silo o la siembra de patata.