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Los hoteles reabren con un goteo de reservas todavía tímido para lo que resta de mes y julio

La mayoría de los negocios de O Salnés vuelven a trabajar a partir de la semana próxima - La ocupación prevista para las primeras semanas de campaña no llega al 50% - Las expectativas mejoran desde el Carmen

Dos turistas se dirigen a su coche en la explanada de un hotel de O Salnés. // Iñaki Abella

Aunque algunos hoteles de O Salnés ya abrieron a finales de mayo, o lo hicieron durante el pasado fin de semana, la mayoría de los establecimientos arousanos ha decidido esperar a la festividad de San Juan, que es el miércoles próximo. Algunos incluso aguantarán cerrados algo más, hasta el 1 de julio.

Mientras, los que ya están trabajando observan con una mezcla de ilusión e inquietud la llegada de reservas para la campaña de verano más incierta de su historia. Los hoteleros consultados ayer por FARO coinciden en que si la situación sanitaria no se tuerce demasiado, la temporada será buena desde mediados de julio hasta finales de agosto. Pero, ¿qué sucederá con la última quincena de junio y la primera mitad de julio?

Los empresarios señalan que ya hay ocupación confirmada para esas fechas, pero que por el momento no se aprecia una gran alegría en las reservas. Más bien, van llegando a los establecimientos en forma de goteo todavía un tanto tímido. Tanto es así que, en estos momentos, la ocupación media para el mes de julio en los hoteles consultados por FARO ronda el 50 por ciento. Hay que tener en cuenta, eso sí, que la estadística mejora sensiblemente a partir de la fiesta del Carmen, a mediados de mes.

Entre el 30% y el 70

En el Spa Atlántico, de O Grove, se muestran optimistas, pues estiman que ya tienen una ocupación del 70 por ciento para el mes de julio en su conjunto. En el Playa Compostela, de Vilagarcía, están a un 40 por ciento para el próximo mes, pero están convencidos de que si la situación sanitaria no empeora, la cifra mejorará mucho, "porque la gente está deseando salir, lo que ocurre es que espera a última hora para ver como evoluciona la situación antes de reservar".

En Meaño, la Quinta de San Amaro tiene casi todo lleno durante la segunda quincena de julio, si bien la ocupación para el global del mes rondaría el 55 por ciento. "Tenemos llamadas, pero por ahora la gente no está reservando". De todos modos, en el establecimiento no se inquietan demasiado, ya que la experiencia les demuestra que el turismo de principios de julio es básicamente gallego y asturiano, y que muy a menudo reservan a última hora.

En el Mar del Norte (O Grove), ya tienen una ocupación por encima de la mitad para julio, siempre sin perder de vista que, como en los demás establecimientos citados, las reservas ya confirmadas para la primera quincena son muy inferiores a las de la segunda.

En el Bosque Mar (O Grove), también confían en que la situación en julio mejore a medida que avance el verano, pues en estos momentos trabajan con unas previsiones discretas, de en torno al 30 por ciento en el global del mes.

Sin salir de O Grove, en el Amandi trabajan en estos momentos con una previsión de ocupación para todo el mes de entre el 30 por ciento y el 40.

Así las cosas, y con estos datos en la mano, la lectura que realizan los hoteleros es heterogénea. En lo que sí coinciden todos es en que este será el verano más incierto de la historia, puesto que a la tradicional espada de Damocles del tiempo se le une esta temporada un enemigo aún más peligroso, pues son conscientes de que un rebrote serio de coronavirus podría arruinarlo todo.

¿Se salvará el año?

Jorge Olleros, del Spa Atlántico, confía en que si la situación sanitaria se mantiene estable, "se puedan salvar los muebles, y ya sería una buena noticia para lo que pensábamos hace dos meses". "El año será malo, porque ya perdimos la primavera -prosigue Olleros-, pero dentro de lo malo por lo menos ahora están llegando las reservas".

En el Playa Compostela, su propietario plantea que, "me da la impresión de que este será un verano de turismo nacional. No creo que perdamos el verano, porque la gente está deseando salir".

En el Mar del Norte también son moderadamente optimistas, puesto que aunque son conscientes de que hacer una quiniela este año es más difícil que nunca, percibe que, "los clientes que nos venían todos los años siguen llamando, e incluso hay gente que llevaba dos o tres años sin venir y que este año ha decidido regresar".

Ignacio Crespo, de la Quinta de San Amaro, confía en que el verano sea bueno, siempre y cuando el Covid-19 no impida la circulación de madrileños y catalanes. En su caso concreto, prevé que los problemas empiecen en otoño, pues este año no cuenta con los turistas extranjeros, que pueden llegar a suponer el 60 por ciento de su clientela.

Tampoco las tienen todas consigo en el Bosque Mar al analizar la situación a varios meses vista. "Será un año de cubrir gastos y listo. El problema grande lo vamos a tener en invierno, porque para sobrevivir esos meses necesitamos los ingresos del verano". Además, el gerente prevé que la situación será más complicada si cabe para los hoteles grandes.

El Amandi, por su parte, aunque ya ha tramitado reservas, "no es con la alegría de otros años". "Nosotros ya damos por hecho que este verano no será como los anteriores", remacha el gerente.

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