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Final de la pesquería dirigida de caballa en el Cantábrico

Pontevedra tiene que rearmar sus argumentos frente a Madrid, pero tiene el inconveniente de las elecciones

Las cofradías de Pontevedra tienen ahora varios meses por delante para rearmar sus argumentos y ser capaces dentro de algo menos de un año de exigir más "xarda" para sus barcos. Pero el hecho de que este verano haya elecciones en los pósitos, y que en consecuencia pueda haber cambios en la cúpula de la Federación provincial, parece una baza en contra a la hora de asentar una postura sólida y contundente. Aunque el sentir generalizado de los armadores ya está claro, y no depende en absoluto de lo que digan las urnas en verano.

Así, el armador de O Grove que pidió anonimato se queja de que "la campaña fue mala. De toda Galicia, los de Pontevedra fuimos los que menos llevamos". Tal es su malestar que llega a aseverar que "nosotros solo estamos aquí para pagar multas y pasar inspecciones", pues según él hubo barcos de Pontevedra que tuvieron que pasar varias en las menos de dos semanas que duró la costera.

El cambadés José Luis Martínez, por su parte, afirma que "nadie está contento porque hay tanto, tanto, tanto pescado, y a nosotros nos dieron tan poco. El reparto que se hizo y lo que le tocó a la provincia de Pontevedra no lo entiende nadie". También afirma que "los de Pontevedra, por así decirlo, somos los únicos que hemos dejado pescado a los que no subieron", en alusión a los que hacen pesca accidental.

A la provincia de Pontevedra le han correspondido finalmente 530 toneladas de caballa, de las cuales el 70 por ciento ha sido para la pesca dirigida, y el porcentaje restante, para la accidental.

Concluida esta "emigración" de la flota arousana al Cantábrico, a medida que avance la primavera y mejore el tiempo irán desplazándose los barcos del cerco hacia el Golfo de Vizcaya, donde es muy importante la costera de la anchoa.

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