Las obras del Centro de Día de Cambados ya están prácticamente concluidas aunque resta el equipamiento y la decisión sobre la gestión que deberá tomar el actual gobierno cuatripartito que preside la socialista Fátima Abal.

El proyecto que fue gestionado por el anterior alcalde, el popular Luis Aragunde, planteaba una capacidad de cuarenta plazas pues como explica el ahora portavoz municipal de la oposición "es un servicio muy demandado por aquellas familias de la comarca de O Salnés que quieren evitar que sus mayores estén solos durante los horarios de su trabajo".

Las obras fueron ejecutadas por la empresa Copcisa que adaptó el edificio del viejo matadero municipal en San Tomé para el nuevo fin social, con una inversión de más de 700.000 euros.

El inmueble se construyó sobre una superficie de 503 metros cuadrados y se dividió en cinco partes diferenciadas según el uso al que se destine: área de recepción, área de actividades (sala polivalente, rehabilitación, enfermería, tres baños y comedor); zona de descanso: área administrativa (dirección, zona de carga, ofice y distribuidor); y servicio para personal.

El espacio mayor del edificio, de una sola altura para evitar la existencia de barrera arquitectónicas, es el dedicado a actividades con casi 200 metros cuadrados, según exponía el proyecto.

La empresa comenzó en diciembre del pasado año las obras tras el vaciado del interior del antiguo inmueble, del que solo se conservan las tres paredes principales.

El local llevaba sin uso desde que se trasladó el matadero municipal a Sete Pías, en los años los noventa. Por ello, la anterior Corporación decidió ceder la parcela a la Xunta con el fin de habilitar este servicio demandado por muchas familias, tanto de la propia localidad de Cambados como del resto de la comarca.

Ahora, el gobierno local tendrá que decidir si gestiona de forma autónoma el centro o si suscribe un convenio con la Xunta para su explotación y es que como indicó en su día el propio vicepresidente, Alfonso Rueda, "aunque la capacidad del centro es de 40 plazas, el servicio que se puede prestar a los ciudadanos es mucho mayor en función de los horarios que precise cada uno de los usuarios".

Cabe poner de manifiesto que habrá usuarios que precisen este tipo de atención durante la mañana, otros por la tarde o solo algunas horas del día, por lo que la flexibilidad será clave en los niveles de ocupación del centro de día cambadés.

Con todo, en el centro de día se pueden proponer distintos servicios, desde comedor para desayunos y comidas, hasta servicio de enfermería y fisioterapia, en especial porque a determinadas edades es muy frecuente la aparición de dolencias como el alzhéimer o de tipo degenerativo.

Con todo, los usuarios que acudan a este tipo de centros deben tener una relativa buena autonomía, ya que no se ha concebido para la atención de personas con movilidad reducida.

Ello no quiere decir que el centro no cuente con todas las medidas de accesibilidad, sobre todo para salvar con rampas el paso a las zonas más altas.

Con todo, el edificio ya se concibe diáfano y en una sola altura, lo que evita la instalación de ascensores o montacargas especiales, que añadirían un importante coste a este tipo de obras.

Con la obra civil finalizada, Aragunde considera que el gobierno cuatripartito debe agilizar las gestiones para poner en marcha este servicio en vez de buscar estrategias para "desligarse de todos los proyectos puestos en marcha por el PP".

Así puso de manifiesto su contrariedad con la decisión del cuatripartito de suprimir el supermercado previsto para la nueva plaza de abastos de Cambados.

"Creo que va a ser un error tremendo porque el supermercado estaba destinado a ser el motor del mercado pues es el que podría atraer a nuevos clientes", insiste.

Aragunde recalca que el proyecto de reforma de la plaza de abastos de Cambados se diseñó para un futuro a largo plazo, de cuarenta o cincuenta años, por lo que a su juicio resulta imprescindible captar a una clientela que no tiene el hábito de comprar en este tipo de establecimienos.

"Basta con acudir un sábado para ver que los clientes actuales del mercado superan los 55 años y lo lógico sería atraer a otros sectores de población más joven que en estos momentos eligen hacer la compra en otro tipo de superficies en las que les ofrecen de todo", expone Aragunde.

De ahí que defienda que se debe mantener un plan de dinamización del mercado de abastos que no solo incluya ese supermercado sino que también estaría dotado con una guardería infantil para facilitar la compra de los padres y unos bares en el exterior para que la gente se quede en la zona.

Sería un proyecto global de dinamización de la zona que a juicio de Aragunde garantizaría la pervivencia de este servicio, muy demandado por clientes que buscan un producto fresco y de calidad pero que se ofrece actualmente en unas instalaciones obsoletas y que incluso roza la insalubridad.