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Obras del Tren de Alta Velocidad en la comarca

La conclusión de las obras del viaducto del TAV permite retirar las grúas y despejar el río Ulla

El siguiente paso es eliminar las islas de tablestacas para despejar el cauce fluvial, en el que solo quedarán los pilares del puente »Sobre la estructura, a 60 metros de altura, se trabaja en la colocación de la vía y la catenaria

Maquetas del Ministerio de Fomento para mostrar cómo quedará el puente. // FDV

Las obras del Eje Atlántico estarán totalmente terminadas en cuestión de meses y el Tren de Alta Velocidad (TAV) podrá empezar a circular en Galicia y, particularmente, en el tramo Vilagarcía-Catoira-Padrón.

Así lo confirmó hace solo una semana la ministra de Fomento, Ana Pastor, pero sobre todo así lo atestigua lo avanzado de los trabajos. Entre ellos destacan los llevados a cabo para hacer realidad el viaducto singular que cruza el Ulla, una macroestructura de 1,6 kilómetros de longitud y gran complejidad técnica que es ahora mismo el mejor ejemplo de lo cerca que está la culminación de este proyecto ferroviario.

A estas alturas casi puede decirse que ese puente interprovincial que une Catoira (Pontevedra) con Rianxo (A Coruña) está acabado. Solo quedan algunos "flecos", como la instalación de la vía y la catenaria, dos acciones que en la actualidad se encuentra ya en ejecución y concluirán en cuestión de semanas.

Se trata de la fase correspondiente a la puesta en marcha de la "superestructura" y las instalaciones de seguridad y electrificación, que contempla la colocación de traviesas polivalentes para realizar después el cambio al "ancho ibérico".

Pero el grueso de la espectacular estructura de hierro y hormigón situada en la desembocadura del Ulla, entre las parroquias de Abalo (Catoira) e Isorna (Rianxo) puede darse por finiquitada, lo cual ha permitido retirar ya las grandes grúas que se situaban sobre el río, en las islas de escollera y tablestacas que ocupan el cauce.

Esas islas artificiales en las que se levantaron los grandes pilares del viaducto -construidas para facilitar los trabajos de montaje- son el único elemento que entorpece el cauce fluvial, lógicamente junto a las propias vigas que elevan la estructura -de 14 metros de ancho- a sesenta metros de altitud.

Así pues, una vez retiradas las grúas, y mientras se colocan la vía y la catenaria en la plancha de hormigón o tablero habilitado sobre la estructura metálica en las últimas semanas, llega el momento de eliminar esas islas de piedra, tierra y barro rodeadas de madera que empezaron a formarse hace ya seis años, poniendo así el punto final a la obra más importante en la historia de O Salnés y el Bajo Ulla.

El Ministerio de Fomento, cuya titular destacó hace días -en una visita a Cambados- que el Eje Atlántico "sigue avanzando a buen ritmo", culmina así un proyecto que a su vez se divide en diferentes tramos o infraestructuras de interés adjudicados ya en el año 2008, como por ejemplo la construcción de la plataforma del tramo Vilagarcía-Catoira, con un presupuesto de 127 millones de euros, y la creación del citado viaducto, valorado en 105 millones de euros y provisto de tres vanos principales sobre el cauce del Ulla con 225, 240 y 225 metros de luz, lo cual constituye récords mundiales en este tipo de estructuras.

Asimismo, el departamento que dirige Ana Pastor, quien también aseguró recientemente que se está realizando "un seguimiento semanal de las obras del TAV con el objetivo de que puedan finalizarse lo antes posible", adjudicó en septiembre de 2013 el montaje de la vía entre Vilagarcía y Padrón, por importe de 33,6 millones de euros.

La colocación de esas vías -a lo largo de casi 26 kilómetros- comenzó en enero de 2014 y ahora, un año después, está casi completada, a la espera de tramos puntuales como el antes citado correspondiente al viaducto interprovincial del Ulla.

Ese proyecto se refería a una plataforma de 13,3 metros de anchura para vía doble electrificada y sobre balasto, excepto en los túneles de Quinteiro, Valicobas y Bustelo, donde se colocó vía en placa.

Otro dato llamativo de esta línea de acción es que del total de 25,7 kilómetros de recorrido entre Vilagarcía y Padrón, 7,6 kilómetros se ejecutan en viaductos como el del Ulla, mientras que 7,2 kilómetros de vía discurren dentro de túneles.

Desde que hace una década empezó a hablarse de esta actuación ferroviaria, y sobre todo desde que en 2008 se adjudicaron las obras del puente, iniciadas en 2009, el Ministerio de Fomento siempre incidió en su papel estratégico dentro del Eje Atlántico, en el que se han trazado un total de 32 viaductos que suman una longitud de casi 15 kilómetros.

El más largo es el del río Sar -en Padrón-, con 2.411 metros, mientras que el del Ulla es el que se presenta con la mayor luz o anchura entre pilas.

De 1.621,5 metros de longitud, el puente Catoira-Rianxo "salva el río Ulla cerca de su desembocadura con once pilares" que sustentan ya la estructura metálica.

Para hacerlo realidad, las piezas de metal -en módulos de quince metros- se ensamblaron en las orillas del río y se izaron mediante un complejo sistema sobre las pilas, usando un dispositivo de poleas.

Una vez finalizada la que es para Fomento "una de las obras más singulares del Eje Atlántico, por su complejidad técnica", la plataforma metálica queda situada a 60 metros de altura, como se explicaba anteriormente, casi en paralelo al puente interprovincial sobre el que discurre la carretera Catoira-Rianxo, a la altura de las conocidas Torres do Oeste.

De forma complementaria a la construcción del viaducto se adoptaron medidas preventivas y correctoras para tratar de minimizar la afección sobre le medio natural, incluyendo un proyecto de acondicionamiento y embellecimiento del entorno en la laguna catoirense Pedras Miudas.

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