Desde que empezó a aplicarse el método de análisis químico de las biotoxinas marinas los cierres de bateas de mejillón se han multiplicado preocupantemente. Esto hace que el sector bateeiro hable de "ruina", al detectar importantes pérdidas que afectan también a las empresas depuradoras de moluscos, a los cocederos y a la industria conservera.

Representantes de todos esos colectivos estuvieron reunidos ayer en el Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino (Intecmar), con sede en Vilagarcía, y acordaron unir fuerzas y esfuerzos para demostrar a Europa que el nuevo método les perjudica gravemente. Y no están solos, ya que cuentan con los informes y la defensa de las consellerías de Sanidade y de Mar, también representadas en el encuentro de ayer.

Sobre la mesa se pusieron todo tipo de informes que ahora van a ser elevados al laboratorio de referencia español para que, a su vez, los presente y defienda ante las altas instancias comunitarias y así conseguir una modificación de criterios o cualquier fórmula que, al menos, no haga que este sector se vaya a pique tan rápidamente.

Se explicó en la reunión mantenida durante buena parte de la tarde que "los informes demuestran que el método químico no sirve porque cuando fue validado no se preocuparon de constatar su eficacia con el producto ya cocido, y esto hace que, por ejemplo, una partida de mejillón pueda ser analizada en fresco, comprobándose que no tiene toxina, para después observar que una vez cocido sí que aumentan los niveles de células tóxicas, con lo que esto supone de perjuicios y pérdida de dinero, ya que ese producto hay que tirarlo".

Explican los bateeiros que "no existen garantías ni para nosotros ni para el consumidor, se genera incertidumbre y, en definitiva, los problemas que teníamos cada vez que había episodios tóxicos ahora se agravan de manera alarmante".