La Audiencia Nacional ha rechazado la solicitud de libertad condicional que había presentado el narcotraficante de Cambados José Ramón Prado Bugallo, "Sito Miñanco". El Juzgado Central de Menores, que es el que tiene las funciones de Vigilancia Penitenciaria, justifica su decisión en que el "pronóstico de reincidencia" de "Sito Miñanco" es "medio alto" y en que "el interno no plantea una mínima declaración expresa de repudio".

José Ramón Prado Bugallo fue condenado por narcotráfico en 1992, y en 2001 fue detenido de nuevo cuando estaba en libertad condicional mientras dirigía desde un chalé de Madrid la llegada de un barco cargado con cocaína. En 2012 solicitó el ascenso a tercer grado, alegando que ya había cumplido tres cuartas partes de su condena, pero la Dirección General de Instituciones Penitenciarias se lo denegó el 7 de febrero de 2013.

Pero el capo cambadés recurrió esta decisión, y el verano pasado llegó a presentar dos ofertas de empleo para trabajar en A Illa de Arousa (parece ser que como marinero en un barco bateeiro) como prueba de que pretendía reinsertarse en la sociedad. Además, aludía a su buen comportamiento en prisión, a que contaba con apoyo familiar y al buen uso que hizo de los permisos de salida que disfruta desde hace unos años.

Una vez recibido el recurso, la Audiencia Nacional lo remitió a Fiscalía, que se mostró en contra de concederle a Prado Bugallo la libertad condicional. Hace apenas 10 días, el magistrado José Luis Castro Antonio dictó un auto en el que desestima el recurso, de modo que Bugallo tendrá que seguir en la cárcel de Herrera de la Mancha (Ciudad Real) en régimen de segundo grado de tratamiento.

Pros y contras

El magistrado con funciones de Vigilancia Penitenciaria valora favorablemente, a la hora de analizar la petición del capo arousano, "la antigüedad de los hechos delictivos por los que está encarcelado, el avanzado estado de cumplimiento de su condena, la buena conducta penitenciaria, la ausencia de sanciones en el actual ingreso, el buen uso de los permisos de salida y el apoyo familiar".

Sin embargo, también hace constar en su auto una larga relación de "factores de inadaptación", como la reincidencia delictiva o el hecho de que ya se le revocase hace años una libertad condicional por haber sido detenido por narcotráfico mientras la disfrutaba (en 2001). De hecho, le achaca su "falta de resistencia a los estímulos criminógenos". Así las cosas, en la resolución del juzgado de Vigilancia Penitenciaria se lee que "pese a aportar dos ofertas laborales cuya efectividad se produciría en A Illa y su zona, lugares en los que el interno ha vivido y su actividad delictiva ha generado alarma social, el interno no plantea una mínima declaración expresa de repudio, que le permita conciliarse ya no con la sociedad en general, sino con aquellos ciudadanos con los que pretende la convivencia al fijar su lugar de trabajo y residencia, y que en su momento sufrieron las consecuencias de la actividad delictiva".

El auto, de todas formas, permite a "Sito Miñanco" presentar un recurso de reforma ante el juzgado, o un recurso de apelación.

Se licencia en 2018

En 1992 el narco arousano fue condenado a 20 años de cárcel por un delito de narcotráfico y a tres meses por falsificar un carné de identidad en el Juzgado Central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional.

En 2002 le impusieron cuatro días de privación de libertad por un delito de lesiones, y en 2006 la sección primera de la Audiencia Nacional le condenó a otros 16 años de cárcel por otro alijo de cocaína.

Así las cosas, una vez realizados los cómputos globales de las penas (con los beneficios de refundición de las mismas) José Ramón Prado Bugallo saldrá de la cárcel definitivamente el 2 de julio de 2018. Según los cómputos actuales, el narco cumplió en marzo de 2009 las tres cuartas partes de su condena.

A la hora de valorar su petición, el juzgado le "penalizó" por la pertenencia a una organización delictiva, por la elevada cuantía de la pena que se le impuso en su día, y por el hecho de que aún le quedan cuatro años y medio para licenciarse.

A la hora de decidir sobre una petición de libertad condicional, los jueces estudian diversos aspectos del interno, como su personalidad, el medio social en el que se va a reinsertar o su historial individual y familiar.