El proceso de liquidación de los bienes del grupo conservero Alfageme está a punto de concluir con la venta al mejor postor de las fábricas de O Grove y Vigo. Los administradores judiciales están valorando varias ofertas de empresarios interesados en hacerse con estas instalaciones. Según denuncia la delegada del sindicato CIG, Rosa Abuín, ninguna de estas ofertas incluye un plan de reactivación industrial dentro del ramo conservero, por lo que teme que se trate de una mera especulación urbanística porque ambas están situadas en sitios estratégicos.

Tras el fracaso del plan de recuperación industrial de las plantas fabriles de Vilaxoán y Ribadumia, al declarar el Igape desierto el proceso de adjudicación de las fábricas, los más de 250 trabajadores de la plantilla perdieron las esperanzas de volver a acceder. Estas naves industriales fueron subastadas hace casi un año y se las adjudicó el Instituto Galego de Promoción Económica, dependiente de la Xunta de Galicia, según indicó en su momento, con el fin de ponerlas a disposición de empresarios que presentaran un plan de reactivación industrial.

El Igape llegó a convocar la enajenación de las instalaciones de Vilaxoán y de Ribadumia, recibiendo dos ofertas, una de ellas del Consorcio Conservero Gallego que desarrolló un plan de trabajo con calendario de apertura de las fábricas. Las propuestas fueron desestimadas por el Igape, que declaró desierto el concurso.

Desde entonces las fábricas, ahora propiedad del organismo autonómico, permanecen cerradas y a merced de la acción de los desaprensivos.

Los ladrones fueron desmantelando todo lo que consideraban de valor en estas naves industriales, hasta que a principios de octubre de este año unos intrusos penetraron en las instalaciones de Vilaxoán y quitaron la válvula de uno de los depósitos de fuel de la fábrica que estaban casi llenos. El combustible se derramó por la nave industrial hasta llegar a la red de alcantarillado que desembocaba en el mar, lo que provocó un vertido de chapapote en la playa de As Saíñas.

Como consecuencia de esta situación esta zona costera estuvo cerrada varios días al marisqueo, mientras los efectivos de Emergencias retiraban el combustible tanto del interior de la fábrica como de la playa. El alcalde de Vilagarcía, Tomás Fole, pidió a la Consellería de Economía e Industria, de la que depende el Igape, la adopción de medidas para evitar que se vuelvan a reproducir situaciones como esa y que se le asigne una utilidad a la infraestructura industrial. De momento, nada se sabe sobre el destino que se le pretende dar a la fábrica.

El Igape también se hizo en subasta judicial con la concesión administrativa de Alfageme en Vigo, que incluye dos naves y una rampa, en la segunda quincena de septiembre. El precio fijado para estas instalaciones fue de un millón de euros.

Ahora quedan pendientes de subasta las fábricas de Tomás Alonso en Bouzas, que tiene una ubicación estratégica, así como la planta industrial de O Grove (antigua Marsac) ubicada también en zona de orillamar en un municipio turístico. Los administradores judiciales tienen varias ofertas sobre la mesa y anunciaron que pretenden completar el proceso liquidador del concurso del grupo conservero Alfageme antes de finalizar el presente ejercicio económico.

Los extrabajadores del grupo Alfageme en Vigo y en O Grove expresaron su esperanza de que la venta de ambas fábricas implique la puesta en marcha de un nuevo proyecto industrial. Sin embargo, las ofertas presentadas hasta ahora al liquidador judicial carecen de plan de reactivación.