El Ratonero no es un desconocido para las fuerzas de seguridad del Estado. La embarcación grovense, con puerto base en la dársena arousana aunque folio de Santander, siempre ha estado en el punto de mira de las fuerzas de seguridad del Estado, especialmente del Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA). Este cuerpo fue el que interceptó, por primera vez, al barco el 29 de agosto de 2008 y detuvo a su propietario, José Luis Devesa, al considerar que podía estar vinculado a la organización de Rafael Bugallo Piñeiro, alias "O Mulo", presunto responsable de una lanzadera que se había quemado unos días antes en A Lanzada.

En aquel entonces se realizó un registro pormenorizado y se llegó a detener al propietario del Ratonero acusado de haber suministrado combustible a la embarcación en alta mar. En aquel registro se detectaron varios depósitos de gasolina en la cubierta del barco, e incluso Devesa fue sometido a un careo con el supuesto patrón de la lanzadera de A Lanzada, Fernando Prado "El Chisco", primo de Rafael Prado Bugallo, más conocido como Sito Miñanco. El registro de la embarcación se hizo a plena luz del día y en la dársena grovense, lo que hizo que todo aquel que pasase por allí en ese momento viese perfectamente a la embarcación del SVA Albatros abarloada al pesquero grovense.

Devesa consiguió recuperar la libertad, pero no se escabulló de la presión policial, que poco a poco ha ido cerrando el círculo en torno a él.

Un año después, en octubre de 2009, el Servicio de Vigilancia Aduanera volvía a registrar el barco en la dársena grovense, aunque en esa ocasión parece que los agentes salieron con las manos vacías, y el patrón del barco no dudó en salir a la luz pública asegurando que no tenía nada que ver con el narcotráfico y que el registro del SVA "fue rutinario y se efectuó en alta mar, como se registra a diario muchas embarcaciones", explicaba en aquella ocasión en unas declaraciones que realizó a FARO.

Incluso afirmaba que los detenidos en la operación "Poney-Musa", como fue denominada la caída de O Mulo, "se encuentran todos en libertad y trabajando sin problemas porque nada tienen que ver con el mundo del narcotráfico".

En O Grove, las sospechas de las andanzas del pesquero eran eso, simples sospechas, ya que durante años apenas llegaba con capturas al muelle meco y siempre se encontraba trabajando en aguas del Cantábrico, algo que motivaba desconfianza entre muchos marineros. Sin embargo, en los últimos tiempos, había desarrollado, apuntaban ayer en el puerto de O Grove, una actividad marinera intensa, hasta que hace una veintena de días, Devesa comunicó que se iban hasta Santander para sumarse a la campaña de la caballa.

Desde que abandonó el muelle meco aquella jornada, no se había vuelto a saber de ellos, hasta que ayer los vecinos veían una intensa actividad en la casa del barrio de Raposeiras, donde se realizaron registros, al igual que en otra vivienda de la calle Teniente Domínguez. Esos registros llevados a cabo por Guardia Civil y SVA se extendieron a otros municipios como Cambados, Vilanova o Vilagarcía.